"Me asusté": Berto Romero reconoce que empieza a hablar a solas consigo mismo
Los humoristas debaten sobre si es necesario un "planeta del silencio"

"Me asusté": Berto Romero reconoce que empieza a hablar a solas consigo mismo
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Madrid
En el último programa de Nadie Sabe Nada, Andreu Buenafuente y Berto Romero tenían una cosa muy clara y es que les encanta el silencio. Una oyente ha planteado el debate de si debería existir un apartado para estar en silencio en algunos transportes públicos, igual que existen vagones específicos para gente que no quiere escuchar ningún tipo de ruido (o el mínimo) en determinados trenes de media y larga distancia.
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"Yo creo que tendría que existir el planeta del silencio, uno al que vas y puedes descansar", propone Romero. Buenafuente intenta sembrar un poco de realidad en la propuesta del otro y reduce la idea a comarcas o "zonas de silencio amplias", como los retiros de silencio.
Tal y como comenta Romero, este tipo de experiencia tiene dos polos opuestos: gente que lo lleva genial y gente que se pone a llorar porque no aguanta la situación y encuentra una alternativa a tanto silencio incómodo. "Dicen que sí, que retiro, pero luego quedan dos o tres por la noche y hablan. Cómo salir a fumar, pues salir a hablar", bromea Buenafuente, que asegura que, pasando mucho tiempo en silencio, te puedes olvidar de tu propia voz.
Romero: "Me descubrí a mí mismo comentándome cosas"
El humorista Berto Romero comparte una situación que vivió para ejemplificar que "cuando estás mucho rato callado, se te empieza a ir la castaña". Un fin de semana se fue de viaje a Sevilla, porque actuaba allí, y hacía tanto calor que solo podía salir por la mañana muy pronto a pasear y luego volvía al hotel durante el resto del día. "Refugio climático", apunta Buenafuente.
Desde las 10:00 no volvía a salir a la calle hasta que tenía que salir hacia el teatro en el que actuaba. "Eran muchas horas y llegó un momento que empecé a hablar yo en la habitación", relata Romero, que continúa comentando que pasó tanto tiempo en silencio que pensó en leerse un libro, para la sorpresa de Buenafuente, que suelta un "¿Qué dices?".
"Ya hubo un momento que no quería escuchar ni pódcast ni nada, pasé mucho rato en silencio y me descubrí a mí mismo comentándome cosas. Me asusté", admite un Romero preocupado por haberse vuelto loco, recordando ese día en el que se decía a sí mismo que estaba esperando a que le fueran a buscar para ir al teatro a actuar. "¿Te llevaste la contraria?", pregunta Buenafuente.
"Imagínate que tú estás musitando, solo que a ver si te iban a buscar y tú mismo te dices 'O no', y te encuentran y te estás hostiando a ti mismo", imagina Buenafuente.
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