Trump y las mujeres
La Cámara de Representantes de EE.UU. ha votado a favor de publicar unos vídeos del magnate Jeffrey Epstein, amigo de Trump dedicado al tráfico de prostitutas

Madrid
Por su repugnante trato a las mujeres, esta semana Donald Trump se lleva el galardón a la sordidez.
La Cámara de Representantes, o sea el Congreso de los EEUU, votó a favor de obligar a la Casa Blanca a publicar unos vídeos del magnate Jeffrey Epstein, dedicado al tráfico de prostitutas, y que luego se suicidó en la cárcel. En ellos reconoce que el ahora presidente “pasó horas con una de las víctimas” y que “sabía lo de las chicas” menores de edad.
Políticamente, el interés de esa votación fue que un grupo de diputados republicanos se sumó a los demócratas y así el presidente perdió la votación, pese a sus enormes presiones. Además, el episodio profundiza la brecha entre Trump y su movimiento populista MAGA (Make America Great Again). Pronto veremos que dice el Senado.
Desde el punto de vista de la dignidad pública, sin embargo, este asunto va mucho más allá. Porque refuerza otros episodios que muestran la verdadera naturaleza moral del presidente ultra. El anterior fue el soborno de 130.000 dólares a una actriz porno con la que practicó sexo extramatrimonial para que guardase silencio: fue condenado en mayo del año pasado, la primera sentencia penal contra un presidente norteamericano.
Y aún hay otro caso resonante anterior. La grabación, en Hollywood, en que Trump manifestaba estas cosas, que da asco repetir, aunque sea necesario: "Me atraen las mujeres bonitas automáticamente. Las empiezo a besar, es como un imán, no puedo ni esperar". A lo que añadía: “Y cuando eres una celebridad te dejan hacer lo que quieras, puedes hacer lo que quieras. Agarrarlas por el coño. Puedes hacer de todo". Así es el individuo.

Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...




