Las llamadas de familiares y colegios se multiplican por 50 desde el suicidio de Sandra Peña
La Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar, que asegura que los protocolos "están obsoletos", afirma que se han disparado las consultas para que les asesoren

Las llamadas de familiares y colegios se multiplican por 50 desde el suicidio de Sandra Peña
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Madrid
La Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar ha multiplicado por 50 las llamadas que ha recibido desde que Sandra Peña, la niña de 14 años que sufrió bullying en el colegio sevillano Irlandesas de Loreto, se suicidó. La AEPAE impulsa desde hace 10 años un plan integral contra el acoso escolar que se está impartiendo en 1.000 colegios en toda España.
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"El programa ha demostrado una notable eficacia, logrando reducir la incidencia general del acoso en un 67% y en víctimas severas hasta un 95%", según explica Enrique Pérez Carrillo, presidente de AEPAE. El plan se estructura a través de dos vías paralelas: la prevención y la intervención directa, y su implementación se realiza a demanda de los propios colegios.
El proceso arranca con una charla formativa dirigida a todo el profesorado. Acto seguido, se distribuye un test de incidencia anónimo y estandarizado en todas las aulas para medir la victimización, identificar los lugares donde ocurren los incidentes y evaluar el nivel de conocimiento e implicación del personal docente. Los resultados de esta prueba inicial permiten detectar al alumnado en situación de riesgo. A partir de ahí, se despliega una estrategia que incluye sesiones de sensibilización, formación específica para el personal no docente y la dotación de un conjunto de herramientas prácticas para los tutores.
Un elemento central del plan es la entrega de un libro de actividades a cada profesor. "Este manual sirve como hilo conductor del proceso, proporcionando al docente una guía clara sobre los pasos a seguir en cada momento de la implementación". También se ofrecen talleres opcionales a las familias del alumnado identificado en riesgo, enfocados en la recuperación de la autoestima y el desarrollo de herramientas de asertividad. La efectividad del programa se mide a través de un segundo test que se realiza al final del curso escolar, permitiendo verificar si las medidas implementadas han resultado exitosas y si los objetivos de reducción de la violencia se han alcanzado.
Carrillo cree que se pone el foco de atención en los protocolos actuales, que, en su opinión, "no cumplen" con sus objetivos fundamentales de proteger, sancionar y sensibilizar. La principal crítica radica en que estos protocolos "no se activan casi nunca" a pesar de su existencia formal en los centros. Desde la AEPAE reclaman una ley específica que aborde la problemática de forma integral. Sin embargo, advierten de que la simple promulgación de una normativa no es suficiente.
"Una ley específica es necesaria, pero debe tener recursos y, además, ser impartida por profesionales formados y capacitados para ello". Es crucial la inmediatez en la actuación. El acoso escolar, afirma el presidente de AEPAE, "debe atajarse de forma inmediata". El factor tiempo se considera "fundamental" para evitar consecuencias más graves en las víctimas y para la efectividad de las medidas reeducativas.
Los grandes protagonistas, los alumnos
Andrés González es psicólogo clínico y uno de los impulsores del programa TEI, Tutoría Entre Iguales. "Alumnos dos años superiores son tutores emocionales de alumnos dos años menores. Este programa surgió en el 2002, actualmente está implantado en 3.000 centros educativos y ha formado a 150.000 profesores. Trabajamos sobre 4 millones de alumnos en 52 ciudades españolas".
Para González la solución es posible porque los grandes protagonistas han de ser los alumnos. "Los profesores se enteran de un 30 por ciento de los casos, las familias de un 25 y el alumnado del 99 por ciento. Ellos son los que generan convivencia, pero debemos tener en cuenta que el trabajo ha de ser con toda la comunidad educativa". El éxito del programa TEI radica en la prevención. "Está elaborado a partir de las emociones y para que sea efectivo, sea este en concreto u otro, ha de tener evidencias científicas de los resultados. La educación son las personas, debemos trabajar sobre su desarrollo ético" para convertir las aulas en entornos seguros.
Para Andrés es fundamental que exista una Ley Integral para prevenir el acoso escolar, que sea inclusiva, y reclama que se revisen los protocolos actuales que considera obsoletos, "no puede ser que se deje todo en manos del centro educativo que se convierte a la vez en juez y parte. Es vital trabajar en la sensibilización antes de que la conducta agresiva aparezca".
El profesorado necesita formación
Solo el 5,6 % de los docentes en España ha recibido formación específica sobre convivencia o acoso escolar. Así lo revela el informe El estado de la salud mental en el aula 2025, elaborado por Fundación MAPFRE y Siena Educación, que advierte de la escasa preparación del profesorado para detectar y afrontar estas situaciones, en un contexto en el que los casos de acoso escolar tienen un impacto creciente en la salud emocional del alumnado.
Nacho Gago es profesor y fue elegido mejor docente de España en 2023. "No he recibido formación en prevención durante mis años de estudio, lo que he aprendido sobre el acoso escolar ha sido porque me he encargado de formarme". También cree que es urgente la aprobación de una norma estatal que obligue a los centros a invertir en prevención y a actualizar los protocolos existentes en cada territorio. "Es necesario prestar atención a las redes sociales porque los maltratadores continúan con el acoso fuera del horario escolar y la víctima lo recibe incluso estando en casa", afirma Gago.
El estudio de Mapfre está basado en las respuestas de 850 profesores de centros públicos y privados de todo el país y en 18 grupos de discusión realizados en ocho comunidades autónomas. Coloca los episodios de agresividad y acoso escolar como el tercer problema de salud mental más frecuente en los centros educativos.
Según los datos del informe, seis de cada diez docentes consideran que los compañeros de clase influyen de forma decisiva en el bienestar emocional de los estudiantes. Además, uno de cada cinco identifica la agresividad y el acoso como uno de los principales factores de riesgo dentro de las aulas. Casi la mitad del profesorado encuestado señala, además, que los alumnos muestran niveles preocupantes de falta de empatía, baja autoestima y dificultades para gestionar sus emociones, aspectos que repercuten directamente en la convivencia escolar y en el clima emocional de los centros.




