Juan Pablo Escobar, hijo de uno de los mayores narcotraficantes de la historia: "Respeto absoluto a las víctimas de mi padre, por ellas he elegido salir a la luz"

Madrid

"Nací en Medellín, Colombia, en 1977. Me llamo Sebastián Marroquín, nacido como Juan Pablo Escobar y mi padre, Pablo, fue el fundador del mayor imperio de la droga del siglo pasado". Así arranca el cómic Escobar, una educación criminal, publicado por Norma editorial, una historia gráfica sobre la infancia del único hijo varón del narcotraficante colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria, creador de una de las organizaciones criminales más peligrosas de las últimas décadas.

Juan Pablo ha pasado por los micrófonos de A Vivir para hablar de sus recuerdos infantiles y del legado emocional marcado por el terror y la violencia que su padre le dejó. "No tuve infancia, no jugaba con niños de mi edad. Mis únicos amigos eran los violentos sicarios que mi padre había colocado en torno a mí para protegerme, como niñeras", ha explicado.

Nuestro invitado tenía 16 años cuando su padre fue abatido por el Bloque de Búsqueda de la Policía Nacional de Colombia y la DEA (Administración de control de drogas de Estados Unidos) en un tejado de un suburbio en Medellín, el 2 de diciembre de 1993. Se había convertido en el Zar de la cocaína, llegó a controlar el 80% de la cocaína que se vendía en Estados Unidos en la década de 1980 lo que le reportaba 70 millones de dólares a la semana. Según la revista Forbes, llegó a ser la séptima persona más rica del mundo con una fortuna estimada en unos 30.000 millones de dólares. Juan Pablo explica en el libro que su padre vivió una infancia muy pobre que fue el origen de un profundo resentimiento y odio hacia las élites colombianas, ese rencor fue el motor de su crueldad y su ambición.

Escobar desató el caos en Colombia decretando el asesinato de políticos, jueces, candidatos presidenciales, periodistas y alrededor de 500 policías. En 1989, ordenó la explosión de un avión comercial en pleno vuelo poco después de haber despegado del aeropuerto El Dorado, en Bogotá. También mandó dinamitar varios edificios públicos como el del extinto DAS (Departamento Administrativo de Seguridad de Colombia).

Se estima que bajo su imperio del mal murieron más de 3.000 personas. Consciente del dolor causado por El Patrón, Juan Pablo ha pedido perdón en numerosas ocasiones a los familiares de las víctimas y de ello habla también en esta entrevista: "Tengo un respeto absoluto por las víctimas de mi padre, por ellos he decidido salir a la luz".

"Cuando un joven lee mi libro no le quedan ganas de ser Pablo Escobar"

Juan Pablo es arquitecto, diseñador, escritor y conferenciante pero, sobre todo, es pacifista (así se define en su página web y en sus redes sociales). Actualmente trabaja con numerosas instituciones educativas y oenegés para fomentar planes de prevención de la violencia y promover políticas públicas que reduzcan las adicciones entre los jóvenes. Hablar desde la verdad le ayuda a ahuyentar las sombras del pasado.

También es padre de un niño de 12 años al que no ha ocultado nada sobre su abuelo: "Desde que tuve la posibilidad de interactuar con él le fui diciendo que su abuelo era un terrorista, un narcotraficante y un secuestrador. Hoy no queda nada por contarle".

Escobar, una educación criminal es la reconstrucción de la infancia de un chico que creció rodeado de criminales, un cómic que desentierra al niño que fue y le pone en el lugar de la memoria que le corresponde. También pretende ser un alegato, una invitación a no repetir nunca la violencia que vivió durante su infancia.