El reflujo

Madrid

En estos días en los que hace medio siglo de casi todo hay que recordar que cuando murió Franco España era la última dictadura de Europa occidental. Portugal había hecho su “revolución de los claveles” un año antes, y en Grecia, la Junta de los Coroneles también se había venido abajo.

Había comenzado la tercera ola democratizadora en el mundo, que pronosticó el politólogo americano Samuel Huntington. Pronto la ola saltó al otro lado del océano y llegó a América Latina, muchos de cuyos países habían sufrido también golpes militares, desapariciones, torturas y asesinatos. Y un poco después, tras la caída del muro de Berlín y la autodestrucción de la Unión Soviética, esa ola tuvo su rebote en el resto de los países de Europa del Este, en lo que Churchill había denominado “el “telón de acero”.

Huntington ya advirtió de que en muchos casos, tras cada ola histórica, se produciría una reacción. La democracia no es terreno conquistado sino a sostener.

Quien pensaría que 50 años después de aquellos días históricos para los españoles, en los que empezaban a paladear las libertades, estamos en un reflujo. Quien nos iba a decir que íbamos a ver a los sucesores de Pinochet, a punto de entrar por la puerta principal de aquel palacio de la Moneda que antaño bombardearon.

No nos lo merecemos como generación.