No, el planeta no se está quedando sin oxígeno a pesar del aumento de concentración de CO₂: "No va a acabar como Venus"

La concentración de dióxido de carbono (CO₂) ha alcanzado niveles históricos. Un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) desvela que el año pasado se provocó un incremento sin precedentes en nuestro planeta, que triplican las cantidades registradas en la década de los años 60, cuando se empezaron a recoger las mediciones.

En la actualidad, el nivel ronda las 425 partes por millón (ppm), doblando la concentración desde hace 200 años, cuando comenzó la famosa Revolución Industrial. En los últimos siglos este número no cesa de crecer. Aproximadamente, el 50% de las emisiones producidas por el hombre, especialmente por el uso de combustibles fósiles, termina en la atmósfera, aumentando la presencia de gas de efecto invernadero que sigue aumentando las temperaturas de nuestro planeta.

El meteorólogo de Si amanece nos vamos, Luismi Pérez, ha querido verter un poco de calma ante estos alarmantes datos. Al conocer el incremento de la presencia de CO₂ en la atmósfera, a la vez que la densidad poblacional y las actividades productivas no cesan de aumentar, son muchos los que lo que asocian a una menor disposición de oxígenos para garantizar la vida.

El experto asegura que, por el momento y en las próximas décadas, "no hay que asustarse". Aunque es cierto que cada vez producimos más energía y la demanda de todos los recursos sigue al alza, esto no quiere decir que el oxígeno se esté agotando. Luismi Pérez señala que la concentración de oxígeno en el aire sigue siendo muy superior a la de dióxido de carbono, situándose en torno a las 210.000 ppm. "No es cierto que nos salga a repartir menos oxígeno por barba. La cantidad es estable", insiste.

Lo que sí que modifica, lógicamente, es la cantidad de gases de efecto invernadero, como el metano, el dióxido de nitrógeno o el dióxido de azufre. "Van generándose porque cada vez somos más personas y necesitamos vivir, comer y producir. Eso sí que es un problema", afirma, a la vez que reitera que la Tierra no va a acabar como Venus, que tiene una concentración de CO₂ de 965 ppm.

Si bien es cierto, existen zonas del planeta donde las concentraciones de dióxido de carbono son mayores, como China, Estados Unidos y la India, y una larga exposición puede tener efectos en el cuerpo humano. Fatiga, mareos y dolores de cabeza son algunos de los síntomas, pero Pérez recuerda que encontrarse en un entorno con fumadores también nos expone a altas concentraciones de este gas. "En una terraza de un bar en invierno y la gente fumando fuera, las concentraciones de CO₂ son de más de 3.000 ppm, por tanto, casi 10 veces más de que hay en la atmósfera libre. Nuestro cuerpo no se hunde en este caso, estamos hechos a prueba de bombas", concluye.