Ciencia y tecnología

Un ensayo con quimio y ultrasonidos mejora la supervivencia de 34 pacientes del cáncer de cerebro más letal

Un equipo de la Universidad de Maryland ha demostrado, por primera vez, que abrir de forma temporal la barrera hematoencefálica mediante "ultrasonidos focalizados" permite al tratamiento penetrar mejor en el cerebro de pacientes con glioblastoma

Visualización del uso de ultrasonidos focalizados para abrir la barrera hematoencefálica y administrar quimioterapia

Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland

Madrid

La barrera hematoencefálica es una red altamente especializada de células vasculares y cerebrales que protege nuestro órgano de toxinas, microbios y otras sustancias potencialmente peligrosas que pueden circular por nuestra sangre. Es un filtro, un dique de contención para todo lo que puede dañar al cerebro. El problema es que también frena los tratamientos contra el cáncer. En el caso de la temozolomida, el medicamento que se usa para tratar el glioblastoma, apenas un 20% del producto logra atravesarla. Y eso limita muchísimo su eficacia.

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El equipo de de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland (UMSOM) que firma este ensayo clínico en la revista científica The Lancet ofrece una enorme esperanza. Ya demostró, en animales, que se podía abrir -de forma temporal- esta barrera mediante ultrasonidos focalizados. Ahora lo ha conseguido en 34 pacientes humanos y publica los resultados: un beneficio real de supervivencia para pacientes con glioblastoma, el cáncer de cerebro más letal.

Un 40% más de supervivencia global

Los autores califican el ensayo de "histórico". Y no es para menos. “Nuestros resultados son muy alentadores. El uso de ultrasonidos enfocados para abrir la barrera hematoencefálica y administrar quimioterapia podría aumentar significativamente la supervivencia de todos los pacientes”, ha dicho Graeme Woodworth, MD, investigador principal del estudio y director de Neurocirugía en UMSOM.

Para medir la efectividad del tratamiento se comparó a estas 34 personas con un grupo de control que estaba recibiendo tratamiento estandar. Los datos, publicados en Lancet Oncology, muestran que su estado "libre de progresión del cáncer pasó de 8 meses a casi 14 en los pacientes tratados. La supervivencia global media aumentó de 19 meses en pacientes con tratamiento normal a más de 30 meses en los que recibieron ultrasonidos.

¿Cómo se hace?

El procedimiento consiste en inyectar microburbujas de gas inerte en la sangre y aplicar ultrasonidos focalizados guiados por resonancia magnética. Al vibrar con ondas ultrasónicas de baja intensidad, estas microburbujas provocan perturbaciones mecánicas temporales en los vasos cerebrales, facilitando la entrada del fármaco.

Como explica Pavlos Anastasiadis, PhD, experto en biofísica de ultrasonidos:“Las microburbujas oscilan dentro del campo energético, causando perturbaciones mecánicas temporales en las paredes de los vasos sanguíneos cerebrales”.

Biopsia líquida

Uno de los avances más prometedores del estudio es la posibilidad de realizar biopsias líquidas, algo que hasta ahora era prácticamente imposible en cáncer cerebral. Al abrir la barrera hematoencefálica, se permite que fragmentos de ADN tumoral, proteínas y otros biomarcadores pasen a la sangre y puedan ser recogidos y analizados.

“Demostramos que esta podría ser una técnica útil para monitorizar mejor a los pacientes y determinar si su cáncer ha avanzado”, ha dicho el doctor Woodworth. Este método evita biopsias cerebrales invasivas y permite un seguimiento más frecuente y seguro de los pacientes.

Qué podría lograrse en los próximos años

Los expertos coinciden en que este ensayo abre la puerta a una nueva generación de terapias para cáncer cerebral. Entre los próximos avances posibles destacan que "la apertura temporal de la barrera hematoencefálica podría permitir la entrada de anticuerpos monoclonales, terapias celulares o fármacos biológicos de gran tamaño. Todos ellos son, ahora mismo, bloqueados por la barrera hematoencefálica.

También dará lugar a un diagnóstico más preciso y temprano. Si se implantan las bautizadas como "biopsias líquidas cerebrales", los clínicos podrían anticipar recaídas antes de que aparezcan en la resonancia, ajustar tratamientos en tiempo real o monitorizar la respuesta del cáncer tras cada ciclo de quimio.

Javier Ruiz Martínez

Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación...