Víctor Claver explica el éxito temprano en el deporte: "Hay que respetar los tiempos"

Madrid

En el último episodio de La cena de los idiotés casi todos los dilemas planteados por los invitados tienen que ver con la familia o, en su defecto, con los amigos. También ha sido así el caso de la situación hipotética planteada por el ex jugador de baloncesto Víctor Claver, quien se retiró en julio de 2024 de la cancha.

En su dilema, Claver plantea que un chico de 16 años quiere apostar por el baloncesto profesional y lanzarse a perseguir su sueño, pero, de esta manera, no terminaría sus estudios. La pregunta es, ¿qué harías como padre o madre de este chico? ¿Impulsarle a que persiga su ilusión de ser profesional en el baloncesto o intentar que termine sus estudios antes?

Tras dar Aimar Bretos y el resto de invitados –Ángeles Caballero, Manuel Jabois y la cantante Sole Giménez– su punto de vista, le toca al propio Claver. "Mi reflexión es un poco lo que viví yo, porque mi padre fue jugador y entrenador profesional de balonmano, y, además, era profesor", comienza diciendo el exjugador.

Claver resume su caso, que fue que no firmó un contrato profesional con el Valencia hasta que cumplió los 18 años y acabó bachillerato, ya que su padre le puso esa condición al equipo. "A partir de ahí ya empezaba. Sí que entrenaba (antes de acabar los estudios) con el primer equipo, pero sin contrato", relata.

"Hay que quemar cada etapa a su tiempo"

"Yo ahora, como padre, no sé lo que haría con mi hijo, la verdad, porque hay estudios que demuestran que, si expones a un menor a un entorno profesional, no solo a nivel académico sino a nivel de formación y de desarrollo de las emociones, a la larga sí que se pueden ver perjudicados", reflexiona el exjugador.

Claver es partidario de que "hay que quemar cada etapa a su tiempo" y, tras dudar sobre su postura, se termina decantando por asegurar que haría lo que hizo su padre con él: "Respetar los tiempos".

Bretos le pregunta si, en ese caso, no se corre el riesgo de perder la oportunidad de brillar como profesional y que "se pase el tren". En su caso, el Valencia le facilitó "una estructura" con la que pudiera seguir formándose como jugador antes de que firmara.