"Nunca venderé comida basura, aunque me paguen una pasta": Mikel Iturriaga y la ética en redes
El periodista gastronómico defiende la coherencia frente a las ofertas millonarias y critica la falta de responsabilidad en la promoción de alimentos ultraprocesados

"Nunca venderé comida basura, aunque me paguen una pasta": Mikel Iturriaga y la ética en redes
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
En un tiempo en el que las redes sociales se han convertido en escaparates para todo tipo de productos, Mikel Iturriaga, conocido como El Comidista, marca una línea roja en la credibilidad. Durante su intervención en el programa Las Bravas, el periodista gastronómico dejó clara su postura frente a las ofertas que recibe para promocionar alimentos ultraprocesados: "Nunca jamás haré nada con una marca que vaya en contra de lo que yo pienso".
Iturriaga explicó que ha rechazado propuestas de gigantes como McDonald’s o Bimbo, porque aceptar supondría traicionar el mensaje que defiende desde su plataforma: "No porque yo sea un Superman de la ética, sino porque eso atentaría contra mi credibilidad. Sería pan para hoy y hambre para mañana". Y añadió: "Te pagan una pasta por hacer un anuncio, pero luego tu credibilidad queda muy tocada".
El periodista subrayó que la confianza de su audiencia es un valor irrenunciable, incluso en un contexto donde muchos influencers aceptan acuerdos con marcas que promueven productos poco saludables. "Hay gente que vende mierdas a cambio de dinero en las redes y hace cosas muy malas para la gente", denunció.
Iturriaga también reflexionó sobre la diferencia entre colaborar con marcas alimentarias y otros sectores: "Igual si me llamaran de un banco me lo pensaba, pero con la comida no juego". Su postura contrasta con la tendencia creciente de convertir la gastronomía en espectáculo y negocio rápido, algo que critica abiertamente: "No me gusta esa visión de la cocina como competición ni la falta de responsabilidad en lo que se recomienda".
En un ecosistema digital donde la ética se tambalea, Mikel Iturriaga apuesta por la coherencia como única estrategia posible. "Nunca venderé comida basura, aunque me paguen una pasta", asegura.





