Los marginados por una sociedad nihilista, vanidosa y de consumo

¿Vamos poco al teatro? Según la última Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales del Ministerio, casi la mitad de la población asistió a eventos de artes escénicas o musicales en el último año. En concreto, fueron al teatro el 24,7% y a la ópera el 3,9%. ¿Es el teatro algo viejo y aburrido y por eso preferimos ir a una hamburguesería que al teatro? Es una de las cuestiones que nos plantea la primera de nuestras invitadas en este episodio de La Hora Extra.

Los jóvenes disparan el consumo cultural y la tauromaquia se hunde

Del fandom al troleo y Euforia y desazón son las dos propuestas teatrales que esta semana señalan, desde los márgenes, a esta sociedad individualista, obsesionada con la meritocracia, el éxito y el consumo. La dramaturga, actriz y directora Berta Prieto ha traído al Teatro de La Abadía la primera, Del fandom al troleo. Una sátira del bla bla bla. Es una radiografía de la Generación Z y la sociedad capitalista, consumista, de redes sociales y postureo en la que se han criado.

La Generación Z es la primera criada con acceso libre y total a Internet y eso ha marcado su identidad, "nos representamos a nosotros mismos, compartimos nuestros problemas en redes", explica Prieto. Consumimos mil vídeos, pódcast, estamos saturados de información y necesitamos parar y desconectar, "aunque hoy no estamos conectados a nada, no tenemos valores, pero está de moda creer en Dios. Bienvenido, 2025", ironiza la dramaturga.

El texto es brillante, nos cuenta la historia de Paula Miró, una ciberactivista que decide transicionar a tonta para ser más feliz. Y lo hace a través de Ximena White, una directora feminista y moderna que rueda un documental sobre ella. "Si me preguntas de qué va la obra, diría de cómo estamos constantemente preocupados por generar narrativas, nuevas formas de contar las cosas, más que de lo que contamos", explica.

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Nuestro segundo invitado es Sergio Boris, actor, director, dramaturgo y docente argentino. Su teatro no se basa tanto en la palabra y en el texto como en los cuerpos que encarnan esas palabras y los vínculos entre ellos. "No me interesa el teatro dominado por la palabra y los temas, sino por los vínculos. Me interesa el teatro lateral, el de los márgenes, el de personajes perdedores y expulsados de la centralidad. No me interesa el teatro dominante en Europa, que es el comercial, discursivo y explicativo", nos cuenta.

A la compañía catalana El Eje, de la que forma parte Eric Balbàs, que hace poco estuvo con nosotros en La Hora Extra, le interesó esta forma de hacer teatro de Boris a la que no estamos acostumbrados ni en España ni en Europa. Querían trabajar con él, estuvieron siete meses ensayando y creando sin partir de un texto, aunque sí de un estímulo, la novela de Robert Walser Jakob von Gunten, sobre la enseñanza que nos imparten y que consiste básicamente en inculcarnos paciencia y obediencia, dos cualidades que prometen escaso o ningún éxito. "Una oda al valor de no hacer nada, a la inutilidad", explica Boris.

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Hace dos años estrenaron, en el Festival Temporada Alta, Euforia y desazón, luego pasó por la Sala Beckett de Barcelona y la obra llega ahora a Teatros del Canal, en Madrid. Boris nos lleva a una escuela de bachillerato para adultos, invadida por ruedas, compresores y una reforma. Laura, la profesora, ha sido ingresada en un centro por una intoxicación por consumir pegamento para ruedas. Y tenemos cinco personajes en escena: Aguilés, Carlos y Selva, hermanos por parte de madre. Aguilés se dedica a la reparación y venta de neumáticos y es pareja de Laura. Carlos trabaja para él. Selva es enfermera. Y luego están Elián, un estudiante repetidor en esta academia, y Amanda, hija adoptiva de Laura.

"Son fracasados y olvidados en una sociedad obsesionada con el individuo, la meritocracia, el éxito y el consumo. Se mienten a sí mismos y mienten a los demás para sobrevivir en esta jungla hipercapitalista". Una farsa de máscaras en la que falsificamos desde un currículo laboral hasta lo que somos nosotros mismos. Eric Balbàs, Maria Hernández, Sebastián Mogordoy, Cristina Mariño y David Teixidó interpretan a estos marginados que seguramente acabarían votando a la extrema derecha. Un elenco con intérpretes de España y Argentina.

"Lanús, en la provincia de Buenos Aires, puede ser acá un suburbio de Barcelona o un suburbio de Madrid y pensamos mucho en la España vaciada, en Albacete, por ejemplo. Son puntos de encuentro muy profundos, unidos a través de lo suburbano", explica el dramaturgo.

Sergio Boris, dramaturgo: "No me interesa el teatro dominante en Europa, que es el comercial, discursivo y explicativo"

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Precisamente desde la periferia de Barcelona llega Noelia Ramírez, periodista cultural y redactora de El País, que acaba de publicar Nadie me esperaba aquí, un ensayo sobre el desclasamiento con Anagrama. Una reflexión sobre la reconciliación con nuestros orígenes, de la vergüenza al orgullo, creando discursos y espacios nuevos, más plurales y complejos.

Noelia Ramírez: "El duelo y la muerte también es una cuestión de clase"

Nos acercamos al Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) para visitar Rodoreda, un bosque, una exposición que profundiza en el imaginario de la escritora catalana Mercè Rodoreda, situando en el centro la radicalidad de su literatura. Un recorrido por los grandes temas de su obra, llena de árboles, flores y bosques, a través de documentos históricos, obras de arte, fotografías e intervenciones de artistas actuales.

Una muestra que permite al visitante, en 1.300 metros cuadrados, adentrarse en su literatura. Sus responsables quieren demostrar que Rodoreda es mucho más que la señora que escribió La plaça del diamant, abandonar los clichés y los estereotipos sobre Rodoreda que han llegado hasta nuestros días.

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A la exposición la acompaña un programa con itinerarios urbanos por Barcelona, conferencias y un proyecto educativo que acercara Rodoreda a más de 2.000 adolescentes. Antes de terminar, y sin hacer demasiados spoilers, la muestra se cierra con una referencia a los sueños y las pesadillas: esos mismos sueños y esas mismas pesadillas que habitan en todos los personajes de Rodoreda. La exposición se podrá visitar hasta finales de mayo de 2026.

En Barcelona se celebra esta próxima semana el Festival Internacional de Cine y Arte (Dart). Documentales sobre fotografía, pintura, performance, arquitectura y movimientos artísticos, prestando especial atención a los artistas, a sus procesos de creación y a las historias que hay detrás de sus trabajos.

Dart es el único festival de España centrado en artes visuales y una excusa perfecta para meterse en vena documentales sobre pensadoras como Simone de Beauvoir, dibujantes como Art Spiegelmann, autor de Maus, la novela gráfica que denunció el Holocausto; artistas conceptuales como Duchamp o fotógrafos como Peter Hujar, icono de las víctimas del sida. En su novena edición, el festival ha programado 33 documentales, 24 de ellos, estrenos. Entre otros, los dedicados al arquitecto Óscar Tusquets.

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La edición de este año viene cargada de thrillers. Como la increíble historia de LOOT: A Story of Crime and Redemtion (Loot es saqueo en inglés), sobre la red criminal que utilizaba niños soldado para robar antigüedades en templos de Camboya, vendidas luego a multimillonarios y, aún más escandaloso, a museos como el Metropolitan de Nueva York.

En la misma categoría entra The sleeper, documental español sobre el cuadro de Caravaggio que una familia madrileña puso a la venta por 1.500 euros y acabó subastado por 30 millones. La programación es una fuente inagotable de historias poco conocidas. ¿Sabía que en las favelas de Brasil hay “arte prohibido”? ¿Y que la artista estadounidense Mierl Laderman Iukles transformó sus tareas domésticas en una performance?, ¿Tiene idea de la que se armó en Madrid con la visita de Andy Warhol en 1983? Así lo recuerda otro de los documentales.

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Dart estrena este año ubicación, el Mooby Bosque Cinema, en Gràcia. Si no puede desplazarse hasta allí, cuando termine el festival y durante un mes podrá ver parte de su programación, gratis, en la plataforma CaixaForum+.

Nos vamos con Carmen, de Georges Bizet. 150 años después de su estreno, una nueva producción de esta ópera llega al Teatro Real con la coreana Eun Sun Kim, directora musical de la Ópera de San Francisco, al frente. Esta Carmen tiene un enfoque naturalista y psicológico muy lorquiano, sitúa la acción en los años 70 en un pequeño pueblo mediterráneo y claustrofóbico, en el que la protagonista, empoderada y desafiante, rompe las convenciones sociales opresoras y violentas. Es una coproducción con la Royal Ballet and Opera de Londres -donde se estrenó en abril del año pasado con un gran éxito- y el Teatro alla Scala de Milán, donde se presentará el próximo mes de junio.

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