"No gustó a la gente": las críticas a Teresa de Calcuta por su catolicismo extremo
Su postura contra el aborto y el divorcio, las condiciones en sus centros y las polémicas donaciones marcaron la cara más controvertida de la santa de los pobres

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Teresa de Calcuta es uno de los grandes referentes del cristianismo del siglo XX. Admirada por millones por su labor humanitaria, también fue objeto de críticas que acompañaron su trayectoria desde muy pronto. La religiosa, canonizada en 2016, dedicó más de 45 años a los más pobres y enfermos, fundando en 1950 las Misioneras de la Caridad, una congregación presente hoy en más de 100 países. Sin embargo, su figura no estuvo exenta de polémica.
Las críticas se centraron en su catolicismo extremo y su postura ultraconservadora frente a cuestiones sociales. En su discurso al recibir el Premio Nobel de la Paz en 1979, Teresa se manifestó abiertamente contra el aborto y el divorcio, posiciones que en aquella época comenzaban a ser vistas desde una óptica más progresista. Como señaló Jesús Callejo en el programa SER Historia: "Ese conservadurismo extremo no gustó a la gente", especialmente en una India superpoblada donde la contracepción era un debate urgente.
Otro frente de controversia fueron las condiciones médicas en sus centros. Faltaban analgésicos, medicinas avanzadas y material básico, como agujas y jeringuillas, que se reutilizaban por falta de recursos. Aunque no era responsabilidad directa de la religiosa, los suministros escaseaban, estas carencias fueron señaladas por críticos y periodistas.
También se cuestionó la procedencia de las donaciones que sostenían su obra. Teresa rechazaba subvenciones públicas para mantenerse al margen de los gobiernos, pero aceptó aportaciones privadas de personajes polémicos: dictadores como Jean-Claude Duvalier en Haití, Augusto Pinochet en Chile o empresarios implicados en fraudes fiscales, como Charles Keating. Ante las acusaciones de recibir "dinero sucio", su respuesta fue tajante: "El dinero siempre hace bien si se usa bien". Para ella, lo importante era el destino de esos fondos: aliviar el sufrimiento de los más pobres.
Pese a las sombras, la magnitud de su labor es indiscutible. Teresa fundó orfanatos, leproserías, comedores y centros de acogida en todo el mundo. Su vida, marcada por la austeridad y la entrega, sigue generando debate: ¿hasta qué punto el ideal de pobreza que defendía justificaba las críticas? Lo cierto es que, como ella misma dijo, "sin esa gota, el océano no sería el mismo".
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