La justicia de Rusia equipara a Pussy Riot con una organización terrorista
Un tribunal de Moscú califica como "organización extremista" al grupo activista feminista cuyas integrantes se han visto obligadas a huir del país

Una integrante de Pussy Riot durante el concierto en Plaça Catalunya, en Barcelona, el pasado 23 de septiembre / Europa Press News

El grupo Pussy Riot ha sido siempre una de las voces con más eco en la oposición a Vladimir Putin. El régimen ruso lleva años persiguiendo, acosando e intentando arrestar a las activistas feministas que componen esta banda de punk-rock cuya lucha por las libertades va más allá de sus canciones.
El último paso se ha dado este lunes, cuando un tribunal de Moscú ha calificado de "organización extremista" a Pussy Riot, lo que en la práctica las equipara a una organización terrorista. No pueden realizar actividades de ninguna clase en suelo ruso ni obtener fondos al ser consideradas una "amenaza a la seguridad del Estado".
Las activistas han logrado escapar de Rusia después de ser condenadas en ausencia a penas de entre ocho y trece años de cárcel por criticar la invasión de Ucrania, pero esta decisión permite a las autoridades estrechar el cerco contra cualquier simpatizante del grupo. Tanto es así que compartir su música o sus publicaciones puede conllevar multas e incluso penas de cárcel.
Pussy Riot ha protagonizado recientemente distintos eventos en Alemania o en Estados Unidos en donde han vuelto a denunciar los excesos de Putin. También cantaron en Barcelona el pasado mes de septiembre.
Durante el tiempo que pudieron estar en Rusia, su acción más viral fue la protesta contra Putin en la catedral del Cristo Salvador de Moscú en 2012. También lograron saltar al campo en la final del Mundial de 2018 que se celebró en Rusia y en la que estaba presente el presidente ruso.
Rusia no es Putin, nosotras también somos Rusia
— Pussy Riot durante su concierto en Barcelona el pasado mes de septiembre
Ahora, las activistas pasan a engrosar una lista cada vez mayor de enemigos perseguidos por Putin y la rama judicial de su régimen. Entre ellos está la fundación del dirigente opositor muerto en extrañas circunstancias Alexei Navalni, las organizaciones LGTBIQ+, los Testigos de Jehová, medios como Radio Free Europe o los representantes del pueblo tártaro de Crimea. La calificación como "organización extremista" no requiere que el grupo acusado haya ejercido ningún tipo de violencia.
Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...




