El día en el que Jesucristo se tomó un té en casa de Paul McCartney y fue testigo de uno de los mejores discos de la historia
El artista no se lo pensó dos veces
El día en el que Jesucristo se tomó un té en casa de Paul McCartney y fue testigo de uno de los mejores discos de todos los tiempos
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Madrid
Hace ya varias décadas, concretamente en los años 60, Paul McCartney se sentó a tomar un té con Jesucristo en su casa. O al menos con alguien que se le parecía bastante y que estaba muy interesado en conocerle y pasar un día con él, tal y como ha reconocido el cantante en numerosas entrevistas. El suceso tuvo lugar un 9 de febrero de 1967, cuando alguien llamó a casa del famoso Beatle asegurándole que era Jesucristo: "No creía que fuera Jesús, pero, por si acaso lo fuera, no voy a ser yo quien le cierre la puerta en las narices".
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Por esa misma razón, Paul McCartney le abrió las puertas de casa de par en par y le invitó a su salón para tomar un té juntos. Un tema sobre el que hemos hablado en el Si Amanece... de la Cadena SER, donde Roberto Sánchez y Francesc Miralles han recordado una de las historias más bizarras de la historia del grupo británico. Tras abrirle la puerta, Paul McCartney se encontró con un hombre, muy tranquilo y amable, que destacaba por su barba alargada y aspecto un poco hippie. De ahí que la charla fuera muy agradable y que el artista acabara pasando un buen momento con aquella persona que decía ser Jesucristo.
"¿Le apetece acompañarnos?"
A pesar de que estaba muy a gusto con su invitado, Paul McCartney tenía que volver al estudio para seguir trabajando en Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, sin duda alguna uno de los mejores discos de la historia de la música. Lejos de despacharle, y como estaba hablando con el mismísimo Jesucristo, le invitó a que le acompañara al estudio si prometía sentarse en un rincón y no hacer ruido: "Por cierto, estamos grabando el Sgt. Pepper's, tengo que ir al estudio. ¿Le apetece acompañarnos?".
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Y Jesucristo aceptó sin pensárselo dos veces. Tras llegar al estudio, Paul McCartney presentó al hombre a John, George y Ringo explicándoles simplemente que es Jesucristo. Y los demás, acostumbrados a la locura de los años 60, tampoco le dieron demasiada importancia y le dejaron quedarse en el estudio: "Se quedó ahí meditativo viendo cómo grababan el último tema del disco... que para algunos especialistas en rock es el mejor disco de la historia".
Se marchó para no volver
Jesucristo asistió concretamente a la grabación de Fixing a Hole, el último tema del disco, y lo cierto es que se lo pasó en grande. Pero, en cuanto terminaron la jornada de grabación, desapareció para no volver jamás: "Después de esto se fue y nunca volvieron a saber del Mesías". Una historia, cuanto menos sorprendente, que ha derivado en todo tipo de teorías. Entre ellas la de Roberto Sánchez, quien cree que Los Beatles se habían tomado algo y que aquel Jesucristo que acudió al estudio de grabación era realmente Ringo Starr.
Pero Paul McCartney ha explicado en numerosas entrevistas que por aquel entonces había mucha gente con problemas mentales o crisis emocionales y que ellos siempre intentaron ser comprensivos con los mismos. No obstante, y por si realmente fuera el Mesías, decidió abrirle las puertas de par en par por lo que pudiera pasar.
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología que aborda la vida digital desde otro punto...
