Osgood Perkins se consolida como genio del terror contemporáneo con ‘Keeper’
El director de ‘Longlegs’ y ‘El mono’ regresa a las pantallas con ‘Keeper’, una mezcla de terror doméstico y atmosférico que cuenta la historia de una pareja que viaja a una cabaña en el bosque

Fotograma de la película 'Keeper' / DeAPlaneta

Madrid
Cuando en una película de terror vemos a una pareja viajando a una siniestra casa en el bosque, no nos extraña en absoluto que les pase algo y pensamos “¡No entréis ahí!”. Pero ¿y si es la cabaña de uno de ellos? Ahí, todo cambia porque es algo conocido y familiar. Esta es la premisa de la que parte ‘Keeper’, la nueva película del cineasta Osgood Perkins, una historia de una pareja que viaja a la cabaña de uno de los protagonistas para pasar el fin de semana.
Para celebrar su primer aniversario juntos, Malcolm y Liz hacen una escapada romántica a la casa del bosque de Malcolm. Cuando este regresa a la ciudad por un asunto de trabajo, Liz descubre que les acompaña una presencia aterradora. ‘Keeper’ llega a los cines 10 meses después del estreno de ‘El Mono’, una adaptación de la novela homónima de Stephen King a la que acompañaba con toques de humor oscuro.
El cineasta, hijo del mítico actor de terror Anthony Perkins (Norman Bates en ‘Psicosis’), parece que ha heredado el gusto de su padre por el género. Ya triunfó el año pasado con la perturbadora ‘Longlegs’, que ponía a Nicholas Cage en una tesitura en la que nunca le habíamos visto. Este slasher, subgénero del horror centrado en asesinos en serie, logró acumular decenas de nominaciones y colarse en las quinielas de la temporada de premios de 2024. Una rara avis del terror contemporáneo y uno de los fenómenos recientes.
‘Keeper’ no solo mantiene la pulsión autoral de Perkins, sino que eleva su exploración de lo doméstico como epicentro del horror. La relación de Malcolm y Liz se deshilacha en un entorno que debería ser seguro: la cabaña familiar del protagonista. Aquí, el terror se cuece a fuego lento, alimentado por secretos que van emergiendo poco a poco. Perkins, fiel a su estilo, usa la arquitectura del espacio (puertas entreabiertas, sombra en los rincones) para generar una claustrofobia que no necesita jumpscares gratuitos.
Rossif Sutherland y Tatiana Maslany encabezan el reparto con una química que destila incomodidad desde el primer plano. Sutherland, hijo de Donald Sutherland, actor conocido por su extensa trayectoria en el cine, ha participado en filmes del género como ‘Possesor’ o ‘La huérfana: el primer asesinato’ y series como ‘El cuento de la criada’. Esta vez, encarna a Malcolm con una opacidad magnética, un hombre cuya calidez superficial esconde muchos secretos.
Por su parte, Maslany alcanzó reconocimiento internacional gracias a la serie ‘Orphan Black’ y ha continuado consolidando su carrera en producciones como ‘Perry Manson’ o ‘She-Hulk’. En ‘Keeper’ brilla como Liz en una interpretación que eleva el terror íntimo a uno muy inquietante. Juntos, forman una pareja perfecta para el universo de Perkins, donde el amor es el primer paso para el terror.
Otro pilar maestro en el largometraje es la banda sonora. Minimalista y ciertamente misteriosa, crea una atmósfera opresiva que recuerda a otros títulos como ‘The Witch’. Se convierte en un personaje más, amplificando la claustrofobia doméstica y convirtiendo cada nota en un auténtico pulso. Pero no hablamos solamente de los angustiosos efectos de sonido, sino también de las canciones románticas que suenan en las escenas de pareja. Con canciones de Peggy Lee, Sam Cooke o Mickey & Silvia, esta última de ‘Dirty Dancing’, se construye un ambiente donde incluso las canciones más románticas se vuelven incómodas de escuchar.
Con ‘Keeper’, Osgood Perkins se consolida como una de las voces más frescas y queridas del terror contemporáneo. Tras el éxito de ‘Longlegs’ y ‘El Mono’, este tercer largometraje posiciona al neoyorquino como uno de los genios del género, sin perder su toque autoral característico. En un entorno saturado de franquicias de asesinos en serie, Perkins apuesta por un horror psicológico que no va a dejar indiferente a nadie.




