Los músicos que nos han dejado en 2025
Esta semana dedicamos el Sofá Sonoro a recordar a los grandes artistas, de todos los géneros, que nos han dejado este año
Tributo a los músicos que nos han dejado en 2025
Madrid
Las muertes consecutivas de Jorge, de Ilegales, y de Robe, de Extremoduro, han marcado el final de este 2025, que ha sido especialmente cruel en el mundo de la música.
La lista de artistas que nos han dejado este año es tristemente larga y contiene nombres cuyo legado en la música fue inmenso.
Marianne Faithfull, el nacimiento de un mito salvaje
El curso comenzó con un enero trágico en el que despedimos a Marianne Faithfull, musa de los primeros Stones y artista con una vida y una carrera agitadas e intensas. También nos dejó Sam Moore, del dúo Sam and Dave, una de las grandes bandas del soul de los años sesenta.
Sofá Sonoro: Sam and Dave, música curativa para tiempos oscuros (21/03/20)
La muerte de Garth Hudson, organista de The Band, fue otro golpe terrible y marcó el final definitivo de los músicos que acompañaron a Bob Dylan en sus días eléctricos.
Tras dejar el terrible mes de enero, llegó febrero, mes en el que despedimos a una mujer conocida por firmar la mejor canción de despecho de la música. Paquita la del Barrio fue una mujer poderosa y empoderada. La mexicana nos dejó una semana antes que otra voz muy recordada, como fue la de Roberta Flack, que murió el 24 de febrero a los 88 años. La voz de Killing Me Softly vivió unos años setenta tremendos en los que se comió el mundo, arrasó en los Grammy de 1974 y fue elevada a la altura de musa de la comunidad gay en los ochenta.
El reggae también perdió a dos leyendas, músicos enormes como Max Romeo y Jimmy Cliff, uno de los pioneros del género y maestro de grandes nombres.
Jimmy Cliff, el gánster de la Jamaica salvaje
El 9 de junio nos dejó Sly Stone, líder de Sly and the Family Stone, una de las bandas más importantes de la música, banda interracial y con hombres y mujeres en sus filas, lo que era tremendamente revolucionario a finales de los años sesenta, como revolucionaria fue su música. En su breve viaje juntos, el grupo firmó discos inmensos y tremendamente innovadores, álbumes como Stand, There’s a Riot Goin’ On o Dance to the Music. Sly, tras el final de la banda, acabó en las drogas, en la cárcel, en la calle, y tuvo unos años terribles con problemas legales, acusando a su mánager de haberle robado sus derechos de autor. Una vida muy dura para un músico al que se llegó a colocar la etiqueta de genio durante un tiempo y al que las drogas apartaron de la vida a la que estaba destinado.
El golpe de la muerte de Stone tuvo continuidad dos días después, el 11 de junio, cuando tocó despedir a otro genio: Brian Wilson, el líder de los Beach Boys, el autor de Pet Sounds, el músico que llevó a los Beatles a querer avanzar más y más lejos. Wilson fue el primer músico de pop que vio el estudio de grabación como un instrumento más, como uno poderoso que podía llevar su música en una nueva dirección, pero Brian vivió en una época en la que las enfermedades mentales eran un tema tabú y acabó siendo preso de su enfermedad y de ese tabú.
Sofá Sonoro: Cuando los Beach Boys transformaron la música pop (21/09/2019)
La muerte más impactante del verano fue la de Ozzy Osbourne, voz de Black Sabbath, hombre también con una tremenda carrera en solitario, una de las grandes figuras del rock con su reality show familiar. Ozzy hizo de todo, fue una leyenda en sí misma. Henry Rollins, cantante de Black Flag, dejó una frase que me encanta y que fue el sentir de muchos de los que eran jóvenes a comienzos de los setenta. Rollins dijo: “En la vida solo puedes creer en ti mismo y en los seis primeros discos de Black Sabbath”. La muerte de Ozzy tuvo también su traca final en forma de espectáculo mastodóntico: tres semanas antes de morir, Ozzy volvió a los escenarios. Aquejado de párkinson, su mujer organizó un concierto de diez horas con la presencia de Tool, Slayer, Guns N’ Roses, Metallica y, por supuesto, Ozzy, que tocó con su banda y cerró la noche con Black Sabbath en una despedida que pone los pelos de punta.
La muerte de Ozzy eclipsó otros decesos importantes del verano, como el del Flaco Jiménez, virtuoso del acordeón, socio de Ry Cooder y músico que ha tocado con los Stones o Bob Dylan. En agosto despedimos a Eddie Palmieri, maestro del latin jazz, músico al que vi en directo en un concierto en Estambul que me impactó muchísimo, pianista del entorno de Fania y músico con unas tablas tremendas. A finales de agosto murió Manuel de la Calva, del Dúo Dinámico; tenía 88 años, los mismos que Palmieri.
La banda interracial que desafió el racismo
En septiembre nos dejó Rick Davies, de Supertramp, una de las grandes voces del pop y autor de himnos eternos de la banda. Davies tenía ya 81 años, tres menos que otro de los grandes nombres del soul, como era Steve Cropper, de Stax y de los MG’s, banda a la que dedicamos un programa poco antes de la muerte de Steve. Cropper era un guitarrista perfecto, el tipo que todo el mundo quería en su banda, una leyenda que tocó con los Blues Brothers, pero también con Otis Redding o Neil Young.
El desayuno americano de Supertramp
De todos los meses, el más duro ha sido diciembre, al menos en España, cuando tuvimos que despedir a Jorge y Robe, dos talentos inmensos que dejaron una profunda huella en la música de nuestro país y cuya temprana muerte –Jorge tenía 70 años y Robe, 63– ha causado un tremendo impacto.
Esta semana queremos recordar el legado de estos músicos y celebrar sus canciones en un programa especial, un programa tributo y un episodio de luto para cerrar este 2025 tan funesto en la música.