"No conocemos bien nuestra propia historia": 'La Duna de Chinguetti' recorre el desierto de Mauritania para rescatar la memoria saharaui

Madrid

¿Como reaccionarias si un día tu mejor amigo te llama para decirte que eres un saharaui y que desciendes de un célebre poeta-guerrero beduino del siglo XIX, una auténtica leyenda del desierto? Este es, a grandes rasgos, el argumento de La Duna de Chinguetti, un documental de Lidia Peralta y Germán Nieto, que cuenta la historia del viaje de Suilma Aali y Bahia Awah por el desierto de Mauritania y las bibliotecas de sus ciudades para conocer sus orígenes.

Un documental que, para su productor Jerónimo Carillo, trata de "poner en valor" el riquísimo patrimonio que hay en Mauritania. Para ello, se centra en los archivos que se conservan en sus bibliotecas y que, curiosamente, provienen de la etapa andalusí. Una documentación que vertebra su historia.

El concepto de biblioteca

Las ciudades sagradas de Mauritania se localizan siempre en cauces de ríos que ahora están secos. Estos eran los sitios de encuentro de las caravanas de camellos encargadas de transportar mercancías y en estos intercambios, que duraban entre semanas o meses, no solo se hablaba de negocios, también se hablaba de cultura.

"Se contaban cuentos, experiencias e iban con escribas para plasmar estas conversaciones en manuscritos", explicaba Carrillo. Los propios líderes de la población eran los que copiaban los textos para albergarlos en sus casas, por lo que, las bibliotecas, ha aclarado el productor, "son las casas de los familiares que se han ido adaptando para guardar manuscritos durante años y años de antigüedad".

La mayoría de estos textos hablan sobre la interpretación de la Ley Islámica, sobre matemáticas o astrología. "A lo largo de estos siglos, nadie más, aparte de los familiares de estos líderes, han intentado conservar los documentos", decía Carrillo.

Tanto él como su equipo pudieron mantener una conversación con un bibliotecario que conservaba un manuscrito de 500 años de antigüedad preocupado por la sucesión de su trabajo como conservador. "Probablemente, yo sea el último que cuide de este patrimonio porque mi hijo tiene un teléfono y quiere irse a la capital o subirse a un cayuco para irse a Canarias para conseguir oportunidades", les contaba a Carrillo y su equipo. Por ello, para el productor "los verdaderos protagonistas son los archivos, las bibliotecas y sus bibliotecarios".

La historia de Suilma Aali y Bahia Awah

Bahia Awah apareció en uno de los viajes de Carrillo para buscar entrevistas y documentación. En este trayecto, Awah era su acompañante, pero rápidamente Carrillo se dio cuenta de que "era el protagonista que nos iba a llevar a nosotros y al espectador por este viaje". Awah es antropólogo y poeta y se dedica desde hace mucho tiempo a intentar conservar la memoria de su pueblo.

Su historia comienza cuando, mientras hace su tesis doctoral, descubre un documento que dice que tanto su familia como la de su amiga Sulima se unieron en algún momento. "Awah llama a Sulima para pedirle que le acompañe para comprobar si este documento es real", comentaba Carrillo. Y con esta petición, Sulima vuelve a la tierra de su padre para comprobar la veracidad de este archivo.

El proyecto de financiación

En un principio el documental iba a ser financiado con el dinero por los productores del documental, pero debido al reconocimiento que está alcanzado, Carrillo y Almeida intentaron conseguir subvenciones que "no se acabaron adaptando bien a un proyecto sin ánimo de lucro, pero al mismo tiempo profesional", contaba el productor de La Duna de Chinguetti.

Esta situación hizo que Carrillo crease una campaña de crowfounding con la que, a pesar de durar solo 36 horas, consiguieron alcanzar los objetivos "de sobra". Además, a través de la página web de HumanCoop se puede hacer una donación con el concepto Donación la Duna para ayudar a terminar los últimos detalles del documental que a partir del 2 de enero estará disponible en Goteo.