La Generación Z empieza a soltar su lista de exigencias en el trabajo y logra molestar a uno de cada dos jefes
Hay varios aspectos que los empleadores consideran perjudiciales en ese grupo
Mujer en el trabajo / Carlina Teteris
Las personas nacidas entre 1997 y 2012, aproximadamente, suelen ser catalogadas en la Generación Z, aquellas que han crecido en paralelo al desarrollo y la revolución de Internet, tanto que solo tienen en mente un mundo totalmente digital, sin casi recuerdos de cuando no lo era. Vienen después de los tan mencionados 'millennials', los que vieron cómo lo que creían que les dejaría sus esfuerzos no se terminaron de materializar, provocándoles un gran hastío. Según lo que podemos leer en un artículo de 'Hora 25 de los negocios' de Cadena SER, "ahora los Z empiezan a descreerse del trabajo y bajarlo del altar que ocupa en la sociedad".
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Basándose en los datos, se puede avalar ese descreimiento, pudiendo comprobarlo con números tan preocupantes como la renta media por unidad de consumo de los hogares en los que el sustentador principal es una persona entre 16 y 29 años, que es un 15% menor que la media de los hogares generales, o la estadística que marca que estos tardan bastante más que las generaciones anteriores en conseguir lograr el nivel salarial promedio típico de cualquier profesión.
De esta forma, según un estudio de Randstad, un 38% de los 'centennials', como también se conoce a esta generación, manifestaron que han dejado algún trabajo cuando no les ha encajado con su vida personal. Lo que se interpone de cualquier forma en lo que ellos consideran como su calidad de vida ideal es descartado, con un 58% de los encuestados de edades entre los 18 y los 24 años manifestando ser capaces de dejar un empleo en esas circunstancias. Como vemos, hay diversos estudios que hablan del comportamiento de estos jóvenes, pero bastantes pocos sobre los empleadores.
Eso sí, también los hay aunque sean escasos, como el elaborado por Into the Minds titulado 'La Generación Z y el trabajo: Percepciones de los empleadores', habiendo encuestado a 1.000 empresas en toda Europa, de las cuales el 85% tienen en plantilla a miembros de la Generación Z y el 83% los ha contratado en los últimos 12 meses. Todo ello ha puesto en relieve tres principales precauciones que tienen los responsables de recursos humanos con estas personas, según ellos, poniendo en graves dificultades a los contratantes, en especial a las PYME.
Episodio 112 | Así habla y piensa la Generación Z
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Los problemas de la Generación Z
"Esta es una generación para la que el valor del trabajo tiene poca importancia, que respeta menos la autoridad y que quiere más autonomía y muy rápidamente. Quieren que confíen en ellos sin tener que demostrar nada. No están familiarizados con el concepto de reciprocidad en el trabajo", explica Pierre-Nicolas Scwab, director de la agencia Into the Mind, y recoge Moustique. Los datos revelan que un gran número de los empleadores considera que la Generación Z tiene expectativas salariales más altas que las personas de otras generaciones.
En este sentido, el informe apunta diferencias entre países, destacando las consideraciones de los de España, donde el 60% de los empleadores encuestados cree que esa parte de la población activa tienen esas altas pretensiones. Pero eso no es todo, sino que Scwab comenta que "estos jóvenes piensan que tienen las habilidades de un senior después de dos meses y siempre necesitan algo nuevo porque se aburren muy rápidamente. Las empresas no pueden conservarlos", con un 52% del total creyendo que es más difícil retenerlos que al resto, es decir, uno de cada dos jefes. Además, el 41% de los encuestados percibe a la Generación Z como menos motivada y el 42% como menos involucrada en la empresa.
Esto es bastante preocupante porque estos jóvenes son esenciales para la rotación natural de trabajadores, con la salida por jubilación para dar paso a los nuevos, así como por las habilidades tecnológicas que han adquirido y que se convierten en indispensables. De esta forma, consideran que "las mayores expectativas salariales y el rápido avance dentro de la empresa afectan la motivación cuando no se cumplen. A su vez, esta caída de la motivación repercute en el deseo de permanecer en la empresa y, por tanto, en retener a los empleados de la Generación Z", explican en Moustique sobre el informe, sentenciando con que "este problema de fidelidad tiene toda una serie de consecuencias sobre el equilibrio operativo y financiero de la empresa".
