Indignación tras haber convertido este popular destino turístico de Tenerife en "un parque temático"
Los vecinos han alzado la voz debido a las preocupaciones sobre la seguridad y la masificación turística

Masca, Tenerife. / Heritage Images

Los habitantes de un pintoresco pueblo de montaña en Tenerife, conocido por su extraordinaria belleza natural, han alzado la voz debido a las preocupaciones sobre la seguridad y la masificación turística. Masca, un destino turístico muy popular, ha alcanzado tal nivel de afluencia que los residentes aseguran que su seguridad y calidad de vida están en riesgo.
Los vecinos de Masca señalan que la zona sufre una grave carencia de infraestructuras y recursos públicos, como la insuficiente presencia policial, la falta de aparcamientos y la deficiente señalización en toda el área. Ante la percepción de sobrecarga, algunos habitantes han comenzado a describir el pueblo como un "parque temático turístico". Están intensificando sus esfuerzos y enfrentándose al gobierno de la isla para abordar estos problemas.
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Ubicado en la región de Teno, en el noroeste de Tenerife, Masca es un pequeño pueblo con aproximadamente 90 habitantes. Situado a una altitud de 650 metros en el Macizo de Teno, que se extiende hasta el extremo noroeste de la isla, el pueblo se encuentra en la cabecera del Desfiladero de Masca.
Parecido a una postal turística, Masca está rodeado de cipreses y palmeras. El sitio web Canary Islands Latitude of Life lo describe como "lo más alejado posible de los centros turísticos". Por ello, no es sorprendente que ahora atraiga a multitudes cada año.
No obstante, la afluencia masiva de turistas está sobrecargando a los habitantes. Jorge Javier Díaz, presidente de la asociación de vecinos, afirma que los residentes enfrentan serias dificultades para mantener una vida cotidiana normal debido a la presión turística y la falta de organización en las infraestructuras.
Díaz señala que el aparcamiento ilegal sigue siendo un problema constante, mientras que los robos en los miradores han aumentado de manera alarmante: "Hay robos en los miradores prácticamente todos los días", afirmó, añadiendo que, aunque la Guardia Civil hace todo lo posible con sus recursos limitados, “lo que necesitamos es una presencia policial visible", aseguró en declaraciones para Europa Press.
Otra gran preocupación es el estado de la única vía de acceso, una estrecha carretera de un solo carril, construida por los propios vecinos entre los años 1960 y 1980, que ya no puede manejar el flujo constante de coches y autobuses turísticos.