Una mujer no tenía tiempo hasta que descubre un detalle de la ley que la catapulta a la semana laboral de 4 días
En algunos lugares de Europa hay opciones para una reducción de la jornada laboral semanal

Ilustración sobre tiempo y trabajo / koya79

En 2023, la Universidad británica de Cambridge y la estadounidense de Boston exponían los resultados de un estudio sobre los efectos que tendría, a todos los niveles, una jornada laboral de cuatro días semanales, haciendo un experimento que duró seis meses y en el que participaron casi 3.000 trabajadores y 60 empresas de diferentes sectores. Los datos dejaron de manifiesto que los empleados redujeron sus enfermedades en un 60%. Cuatro de cada diez afirmaron que sentían menor estrés laboral y el 71% que el agotamiento era menor.
Pero eso no es todo, el ensayo puso de manifiesto que la productividad diaria aumentó un 22% y se produjo un incremento de los ingresos de las empresas de un 1,4%. Y es que son ya muchos los países que se fijan en este modelo e incluso hay algunos que lo tienen instaurado, como es el caso de Bélgica e Islandia, donde los trabajadores pueden solicitar una semana de un día menos, mientras que en Francia son las empresas las que se guardan el derecho a implantarlo.
Los datos dicen que es un gran beneficio, pero también nos podemos fijar en casos particulares para ver qué repercusiones tiene en las personas que tienen estas condiciones y cómo afecta dependiendo de la legislación de cada lugar. Así, nos encontramos con la historia de Mari Aro, una mujer que decidió acogerse a esta reducción de jornada en Finlandia y ha contado su experiencia en el medio Ilta Samonat, explicando también las incertidumbres que pueden surgir en el proceso.
Una cuestión de tiempo... y dinero
Hace cuatro años, esta finlandesa decidió acogerse a la posibilidad que tenía de trabajar cuatro días a la semana. Ella trabajaba en el departamento de administración financiera de una empresa internacional y en su tiempo libre estudiaba, pero también tenía hijos pequeños que aún no iban a la escuela. "No quería llenar mis tardes y fines de semana con estudios y también quería tiempo para los niños. Empecé a pensar que si trabajaba cuatro días a la semana podría concentrarme en estudiar un día", explica Aro.
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Y su experiencia es clara, considera que "todos se beneficiarían de una semana laboral de cuatro días", aunque las premisas para poder hacerlo en Finlandia le generaban ciertas dudas. Hacerlo implica que trabajas el 80% de las horas estipuladas en principio, lo que también repercute en que solo recibirás el 80% del sueldo, aunque explica que, en realidad, el salario neto se queda entre el 82 y el 85%, puesto que la tasa impositiva también disminuye. Igualmente, tuvo que hacer números para ver si podría hacer frente a todos los gastos con esta reducción.
"Mi marido y yo somos el tipo de personas que mantienen el Excel al tanto de cada centavo que entra y sale de esta economía", comenta Mari con gracia en referencia de que tuvieron que hacer cálculos sobre cómo afectaría esto a las finanzas familiares, "porque el 20% es un recorte salarial sorprendentemente grande". Pero, finalmente, decidieron que era factible, ya que la situación económica de la que gozaban era buena y se lo podían permitir ajustando ciertos gastos, como recortar la adquisición de ropa y solo comprar lo necesario.
Mari considera que es "una verdadera privilegiada" porque "no todo el mundo tiene los medios económicos para trabajar una semana de cuatro días, ni siquiera mediante cálculo", además de estar muy agradecida a su marido, "quien a través de su trabajo remunerado y su carrera empresarial a tiempo parcial, ha asumido una responsabilidad ligeramente mayor en los gastos compartidos de nuestra familia". Y todo esto ha sido posible por la Ley de Contratos de Trabajo que está en vigor en Finlandia.

Reducción de jornada... 40 años después
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Una normativa a la que acogerse
Ilta Samonat explica que en ese país las jornadas laborales más cortas pueden ser posibles en familias con hijos. La mencionada Ley de Contratos de Trabajo estipula que un empleado tiene derecho a una licencia parcial para el cuidado de los hijos hasta que el vástago menor termine el segundo grado, y el empleador no puede negarse a conceder una licencia parcial para dicho cuidado sin una razón de peso. Asimismo, la reducción de la jornada laboral también es opción en otros supuestos, poniendo el medio como ejemplo cuando se recibe un subsidio por enfermedad parcial.
Comentan que esta mujer pudo acogerse al trabajo de cuatro días semanales cuando quería una licencia parcial por cuidado infantil, por lo que no fueron necesarias grandes negociaciones con su empresa y tuvieron que aceptar una vez que ella convino que podía asumir la reducción de salario. Pasado un tiempo, Mari afirma que cree que su empleador se ha dado cuenta gradualmente de lo beneficiosa que es una semana laboral de cuatro días para el bienestar de su trabajadora y ha visto cómo su productividad también ha aumentado.




