Conduce tan fuerte que su instructor tuvo que vaciar un extintor, recibe una beca y acaba siendo una leyenda del automovilismo
Uno de los protagonistas fue el piloto finlandés Jouko Kallio


Jouko Kallio, piloto finlandés conocido por su destreza en las pistas, protagonizó un incidente memorable durante una sesión de entrenamiento en la pista de Brands Hatch. La situación, que involucró a un instructor de conducción rápida y un extintor de polvo, terminó con Kallio recibiendo un generoso estipendio de la escuela de conducción.
En la década de 1990, Jouko Kallio, ya una figura destacada en el automovilismo europeo, se encontraba en Inglaterra para competir en la pista de Brands Hatch. Debido a restricciones impuestas por los organizadores del evento, Kallio no pudo familiarizarse con la pista antes de la carrera. Para sortear esta limitación, su equipo, Sisu Racing, lo inscribió en un curso de conducción rápida destinado a aficionados.
Durante el curso, Kallio recibió instrucciones teóricas y prácticas de una instructora, quien le enseñó los fundamentos de la conducción rápida. En el último día del curso, se le permitió realizar algunas vueltas a velocidad de competición. Kallio, decidido a aprovechar al máximo esta oportunidad, condujo el Ford Escort de la escuela con una intensidad que sorprendió a su instructora.
Al llegar a la recta principal de Brands Hatch, Kallio mantuvo la velocidad sin reducirla, lo que provocó una reacción de pánico en la instructora. En un intento desesperado por detener el coche, la instructora activó el extintor de polvo en el habitáculo, llenando el interior del vehículo con polvo blanco. A pesar de los gritos de la instructora para que se dirigiera a los boxes, Kallio completó la vuelta sin detenerse.
Al regresar a los boxes, la instructora reprendió a Kallio por su conducción temeraria, cuestionando su decisión de no frenar en la recta principal. Kallio, con calma, explicó que en un coche de serie como el Ford Escort, no era necesario frenar en esa sección de la pista.
El fin de semana siguiente, la instructora vio a Kallio en el paddock, vestido con su traje de piloto. Sorprendida, le preguntó si realmente competía en carreras. Kallio respondió modestamente que tenía algo de experiencia en competición. Semanas después, Kallio recibió un cheque de la escuela de conducción, acompañado de una nota que agradecía su excelente desempeño y mencionaba que su tiempo de vuelta había sido el mejor en la historia de la escuela.




