Una fisioterapeuta revela el error fatal que cometemos cuando tenemos una "emergencia de baño"
Muestra prácticas comunes que no son para nada saludables
Persona yendo al baño / Kinga Krzeminska
Hay muchos tabús en algo tan natural y cotidiano como ir al baño, porque socialmente se nos ha inculcado que es de mal gusto referirse a ello o que sintamos vergüenza si alguien conoce lo que estamos a punto de hacer allí. Sin embargo, los expertos aseguran que debería de haber un cambio de actitud en este sentido, ya que si no lo hablamos no podremos detectar los problemas que podrían estar manifestándose sin saberlo.
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Ilta Sanomat habló sobre este asunto con la fisioterapeuta Johanna Tossavainen, quien se dedica especialmente a tratar afecciones en la zona del suelo pélvico, manifestando que "es problemático si nos enseñan desde niños que hablar de funciones corporales y partes del cuerpo completamente naturales se refiere a 'emergencias de baño'. ¿Cómo entonces un niño se atreve a expresar, por ejemplo, en medio de una clase que necesita ir al baño? ¿O hablar del dolor en la zona genital?".
Esta considera que hablar de forma neutral sobre las funciones corporales desde la infancia es primordial en lo que respecta al aprendizaje de habilidades de seguridad, puesto que unos malos hábitos pueden ocasionar que se descuiden las necesidades naturales de nuestro cuerpo y a confundir el funcionamiento normal de nuestra vejiga e intestinos. Así, habló con el medio finlandés sobre los errores más comunes relacionados con el uso del baño que ha detectado durante su carrera.
Intentar silenciar los sonidos
Los músculos del suelo pélvico deben permanecer completamente relajados hasta que se termina de orinar o defecar, pero es común encontrar a muchas personas que los tensan para evitar sonidos, así como llevar a cabo prácticas como apilar un montón de papeles en el interior del inodoro o apuntar al borde para asegurarse de que no se escuche nada de lo que está pasando ahí dentro. Explica que acciones como suprimir la fuerza del chorro de orina puede alterar el funcionamiento normal del sistema nervioso en esa zona.
Tossavainen habla sobre estos hechos relatados como "realmente perjudiciales", comprometiendo "el funcionamiento normal de la vejiga, el intestino y el suelo pélvico". "Escuchar un sonido proveniente de orinar y defecar en el inodoro es completamente normal", por lo que no hay que intentar disimular en nada, por nuestra propia salud a largo plazo.
SER saludables: consejos para ir al baño (23/09/2019)
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Esperar hasta llegar a casa
La fisioterapeuta cuenta que es muy común que las personas le cuenten que evitan hacer sus necesidades fuera de sus viviendas, especialmente en baños públicos o en casa de su pareja, prefiriendo aguantarse incluso si ya tienen dolor de estómago. La experta asegura que cuando se tiene una emergencia hay que ir al baño lo antes posible, a más tardar en 10 minutos desde que el esfínter te da la señal, aunque entiende que hay factores que pueden dificultar esto.
"Por ejemplo, un conductor de autobús o un cajero de una tienda a menudo tiene que esperar hasta el siguiente descanso cuando necesita orinar o defecar. Por este motivo, muchas personas tienen que evitar incluso comer y beber durante la jornada laboral, lo cual no es saludable", puesto que contenerse provoca que los músculos del suelo pélvico, especialmente el esfínter externo, se tensen, cosa que si ocurre con frecuencia puede llegar a provocar estreñimiento.
Usar el baño con prisa o solo para estar seguro
"Solo debes ir al baño cuando realmente lo necesites. Por ejemplo, si acostumbras a tu vejiga a ir al baño solo para estar seguro antes de una reunión o conferencia, con el tiempo puedes desarrollar una vejiga hiperactiva. Y entonces el problema sólo crecerá aún más", explica Tossavainen, que ha encontrado muchos casos así que incluso están relacionados con la vergüenza de hacer sus necesidades en el trabajo y, si tienen que hacerlo, solo van si es estrictamente necesario y casi de soslayo, cosa que tampoco es recomendable.
Defecar en la posición incorrecta
Aquí hay un problema incluso en cómo están configurados los retretes actuales, ya que la fisioterapeuta explica que el ser humano no está diseñado para sentarse en un banco con las rodillas en un ángulo de 90 grados, sino que la posición correcta es en cuclillas, así que se han de buscar soluciones. "Puede ser cualquier plataforma, como una caja, un asiento de inodoro para niños o incluso un cubo de basura. Lo más importante es que tus caderas formen un ángulo de 35 grados. Entonces el recto está en una posición de defecación relajada y natural", afirma.
Johanna Tossavainen también apunta directamente a cómo orinamos, ya sean los hombres o las mujeres, y es que parece poco recomendable hacerlo erguido. "Las pacientes vulvares no deben orinar de pie, sino siempre sentadas o en cuclillas cómodamente. Y sí, esto rara vez se admite, pero muchas personas orinan en la ducha o mientras están en el océano, algunos incluso mientras caminan. Como resultado, el sistema nervioso recibe el mensaje equivocado y la vejiga y la uretra pueden no vaciarse correctamente".
