Su tía se compra un móvil que solo hace llamadas y envía SMS pero se queda sin palabras al ver la factura mensual
Este hecho le ha ocurrido a una mujer finlandesa

Nokia 3310. / Science & Society Picture Librar

Una mujer finlandesa no podía creer lo que veía al revisar la factura telefónica de su tía, de 85 años. El teléfono sencillo que usaba su familiar, pensado solo para llamadas y mensajes, estaba vinculado a un contrato de más de 80 euros al mes. Sorprendida por la cifra, decidió examinar los documentos, que mostraban facturas de entre 60 y 85 euros mensuales. Lo que descubrió la dejó atónita: su tía tenía una suscripción 5G que su teléfono básico no podía aprovechar, y además dos tarjetas SIM asociadas al contrato. Entre los documentos, apareció incluso una tableta que había llegado por correo y que su tía nunca había usado.
Según expertos como Rauno Hokkanen, que asesora en temas digitales a personas mayores, estos casos no son raros. Es frecuente que los vendedores ofrezcan suscripciones muy superiores a las necesidades reales del cliente, como planes 5G para quienes solo requieren un servicio básico. Muchas veces, estas suscripciones incluyen productos o servicios extra, como paquetes de canales o dispositivos que los usuarios no saben usar. Hokkanen señala que estas ventas suelen ser fruto de una presión inapropiada y critica la falta de ofertas simples en el mercado.
Karppinen cuenta que pasó por la misma situación con su padre, de 95 años, y que tuvo que contactar a varios operadores sin éxito para conseguir una suscripción adecuada. En su opinión, esto es un claro ejemplo de venta forzada y pide mayor responsabilidad por parte de los vendedores, que a menudo emplean un lenguaje técnico que las personas mayores no comprenden.
Además, Hokkanen alerta sobre los regalos que suelen acompañar a las suscripciones, como cajas de entretenimiento o tablets, que acaban sin usarse y encarecen la factura. Recomienda que los mayores vayan acompañados por un familiar o persona de confianza al contratar estos servicios para evitar contratar productos innecesarios.
Las suscripciones excesivas no son el único riesgo. Las estafas por teléfono, SMS o correo electrónico, que buscan datos bancarios o de tarjetas, representan un peligro aún mayor. Ante cualquier mensaje o llamada sospechosa, Hokkanen aconseja colgar o pedir ayuda a familiares para revisarlos.
Karppinen concluye con una recomendación clara: si la factura de su tía supera los 35 euros al mes, debe cambiar de suscripción sin dudarlo. Además, hace un llamamiento para que se desarrollen soluciones que permitan a las personas mayores participar en la sociedad sin necesidad de manejar dispositivos digitales que no desean o no saben usar.