Un taxista espera fuera del apartamento del cliente durante 9 días y su motivo conmueve a miles de personas

Estamos tan metidos en la vorágine de la rutina diaria, las malas noticias y la desconfianza que nos generan las atrocidades que vamos conociendo, que se nos olvida que en este mundo también hay personas honestas. Aunque parezca que no, hay más historias de honestidad de las que pensamos y cada poco tiempo nos encontramos con anécdotas preciosas de gente que ha hecho alguna buena acción con alguien sin pedir nada a cambio. Algunas de ellas encogen el corazón por la forma en las que se llevan a cabo.

Es bastante recurrente que veamos noticias curiosas o publicaciones en redes sociales de alguien que se ha encontrado una cartera y la ha devuelto con todo su contenido. Es curioso que esto sea noticiable, pues debería ser el modus operandi que lleváramos a puerto todo el mundo, pero no siempre sucede, así que cuando las conocemos nos saca una sonrisa. Y, lo más curioso, muchos de estos sucesos suelen venir de personas que tienen muchas necesidades.

Por ejemplo, el pasado año se hizo viral lo que hizo Hadjer Al-Ali, un hombre de 33 años que dormía en las calles de Ámsterdam desde hacía bastante tiempo. Este encontró una cartera con 2.000 euros en su interior en la estación central de la ciudad holandesa y, a pesar de las necesidades que tiene en su vida, no tuvo dudas y fue una comisaría de policía cercana para entregarla con todo su contenido. Además, esto tuvo un gran impacto, puesto que una serie de personas recaudaron dinero para devolverle el gesto tan humilde que tuvo y darle una segunda oportunidad.

Otro gran gesto

En este contexto, también ha llamado la atención la historia de tesón de un taxista que no se rindió hasta encontrar a un cliente. Dima Koss hizo uso de este servicio y, lamentablemente, se dejó su móvil olvidado en el coche, lo que normalmente suele significar que lo has perdido para siempre y tendrás que comprar uno nuevo, pero el conductor, llamado Sahidjon Abdurakhmonov, decidió que el terminal debía volver a manos de su dueño costase lo que costase, porque era la acción correcta. Y no fue una tarea fácil, pues le costó nueve días de espera.

"Me subí a un taxi y dejé mi teléfono en el coche. Nueve días después, me encontré con el mismo conductor en la entrada; venía todos los días y me esperaba. Recorrió las cuatro entradas, mostrando mis selfis en la galería a los vecinos, buscándome", contaba el propio Koss en la web Stan, diciendo que el taxista viajaba cada día desde Tayikistán hasta Yakutia (Rusia), lo cual le dejó totalmente impresionado por su honestidad y paciencia, manifestando que pensaba "que este tipo de cosas solo pasaban en las películas". Además, afirma que Abdurakhmonov se negó a aceptar cualquier pago por la devolución a pesar del tiempo invertido durante más de una semana, argumentando que "es inmoral pedir dinero".

El hombre explica que "después de perder mi teléfono, fui a pescar a una isla durante tres días, bloqueé el número y mentalmente me despedí de mi smartphone", porque no confiaba en que nadie se lo devolviera, "pero aquí, un hombre vino a la entrada todos los días durante nueve días, esperando a que le devolviera mis objetos de valor perdidos". "A veces también trabajo de mensajero y llego tarde a casa, así que nunca nos cruzamos. El día que nos conocimos, me bajaba de la bici cuando vi acercarse a un hombre con barba. Al principio temí que fuera un cobrador, pero con humanidad me devolvió el teléfono, sin cobrarme nada y sin mostrar ningún remordimiento. Me sorprendió mucho".