Nuestras abuelas siempre regaban el jardín con agua de lluvia y tenían 4 razones de peso para hacerlo
Puede ser una excelente decisión para mantenerlas sanas y bien nutridas

Una flor en el jardín de 'Hoy por Hoy'

¿Tiene sentido regar tus plantas mientras llueve? Aunque suene absurdo a primera vista, en determinadas condiciones, hacerlo puede ser una excelente decisión para mantenerlas sanas y bien nutridas. Aquí te explicamos por qué:
1. Las lluvias ligeras no siempre son suficientes
Las lluvias de verano suelen ser breves y superficiales. El agua apenas penetra en el suelo, dejando las raíces —que están más profundas— sin la hidratación necesaria. Un riego suave durante estos episodios garantiza que la humedad alcance todo el sistema radicular.
2. Ahorras agua sin comprometer la hidratación
Si el suelo ya está húmedo por la lluvia, basta con un riego mínimo para alcanzar el nivel de humedad óptimo. Además, el suelo húmedo absorbe mejor el agua extra, lo que evita el desperdicio.
3. Mejora la absorción de nutrientes
Cuando llueve y riegas al mismo tiempo, los nutrientes del compost o fertilizantes se disuelven mejor, facilitando su absorción por las raíces. Es el momento ideal si has abonado recientemente.
4. Aprovechas la humedad sin saturar el suelo
Una pequeña ayuda con la manguera durante una lluvia leve puede prevenir el estrés hídrico posterior. Así evitas tener que regar en exceso los días siguientes.
¿Cuándo no deberías regar?
Evita regar si ya hay charcos en el suelo o una saturación evidente. El exceso de humedad puede asfixiar las raíces y fomentar la aparición de hongos o enfermedades.