Estos coches apenas tienen 10 años y son imposibles de revender: "Son chatarra y la gente no los compra"
A pesar de que fueron revolucionarios, nadie los quiere
Imagen de archivo de unos coches / delectus
Hace unos meses, en 'La Ventana' de Cadena SER abordaron el tema del mercado de coches de segunda mano, aportando datos tan significativos como los que sitúan que la venta de estos ha aumentado en un 8,6% desde el año 2020, añadiendo que la proporción es que por cada vehículo nuevo se venden dos ya utilizados. Esto se debe a diversos factores, como las ventajas económicas o la entrega inmediata, aspectos que pesan más que la incesante búsqueda por plataformas y webs para revisar cientos de ofertas y anuncios.
Este contexto ha dado la posibilidad de nuevas oportunidades de emprendimiento, como vio claramente Marta Sol Molina, quien explicó en el programa que cuando se dispuso a encontrar un utilitario, se encontró perdida. "No sabía por donde empezar, buscaba por Milanuncios o en Wallapop pero sabía que si iba sola me podían timar fácilmente", dándose cuenta que había muchas personas que estarían en su situación y que hacía falta algo de ayuda, como la que le ofreció su socio. Es cuando se le encendió la bombilla y fundó NeedCarHelp, donde se ofrece asesoramiento a los compradores.
Y es que es bastante delicado tanto comprar como vender coches usados, habiendo algunos modelos que son casi imposibles de colocar en el mercado. Esto lo saben bien las empresas de compraventa de segunda mano, que tienen claro cuáles son los vehículos que no adquirirían nunca por el hecho de que no conseguirían darle salida, como cuentan en Tech Svet, donde aseguran que hay una serie de ellos que apenas tienen 10 años y que ahora son invendibles, aunque en su momento fueran una revolución tecnológica.
'Personal shopper' para buscar coche seminuevo
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Estos coches no se venden
Se trata de los primeros vehículos eléctricos que salieron al mercado, que aunque aparecieron ofreciendo un funcionamiento silencioso, ecológico y un desplazamiento económico por la ciudad, encuentran dificultades en el contexto actual por su estado técnico, la duración de la batería y la realidad económica. Apenas tienen una década algunos, pero ni particulares ni concesionarios de segunda mano están dispuestos a pagar por ellos, ya que encuentran más inconvenientes que soluciones en el uso habitual.
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En la web checa destacan modelos como el Nissan Leaf de primera generación (2010-2017), el Peugeot iOn, el Citroën C-Zero o el Mitsubishi i-MiEV, los cuales fueron en su día ejemplos de progreso, pero, entre otras cosas, la duración de la batería es un inconveniente, puesto que tras años de uso intensivo esta pierde buena parte de su capacidad y su autonomía se ve comprometida, algunos de ellos solo pudiendo recorrer 50 u 80 kilómetros con una sola carga. Además, sustituirla por una batería nueva costaría en total más que el valor del propio vehículo. Una auténtica ruina, dicen.
Desde uno de los concesionarios de coches usados que consultaron, manifestaban que "simplemente ya no los sacamos al mercado. Son chatarra y la gente no los compra", algo que secundan los expertos en la materia, quienes destacan que los modelos de entre 2011 y 2014 han desaparecido de la ecuación. "Un coche sin batería utilizable es un coche muerto. Y cuando una batería nueva es más cara que el propio coche, comprarlo no tiene sentido económico", recogen en Tech Svet sobre la opinión de un técnico especializado, sumándole también que el valor de los coches eléctricos se deprecia más rápido que el de los convencionales, pudiendo perder hasta un 50% en un año.
De esta forma, solamente se atisba una ventana de esperanza para ellos: ser recambios. Explican que en Estaos Unidos están surgiendo empresas dedicadas al desmantelamiento de coches eléctricos antiguos para obtener piezas o reciclar baterías, apareciendo también algunas en Europa. Como ya no son prácticos, simplemente pueden servir como fuente de repuestos o materias primas. Es curioso cómo en tan poco tiempo pudieron pasar de ser revolucionarios y una mirada al futuro y, cuando llegaron a este, son una desechados por el mercado.
