Los investigadores logran producir agua potable en el Valle de la Muerte: es uno de los lugares más secos del planeta
Se ha conseguido a través de n dispositivo pionero que extrae agua potable del aire
Valle de la muerte. / Anadolu
En un hito que podría revolucionar el acceso al agua en zonas áridas, científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han conseguido extraer agua potable del aire en el Valle de la Muerte, uno de los lugares más calurosos y secos del planeta. El prototipo logró recolectar hasta 160 mililitros de agua al día, el equivalente a una taza de café, demostrando su capacidad incluso en condiciones extremas.
El equipo utilizó materiales altamente absorbentes que capturan la humedad atmosférica, por mínima que sea, para luego convertirla en agua apta para el consumo. La elección del Valle de la Muerte como lugar de prueba no fue casual: se trata del punto con la temperatura más alta registrada en la historia, lo que pone de manifiesto el potencial del dispositivo para operar en escenarios críticos.
La idea es clara: si este sistema puede funcionar en un entorno tan hostil, su aplicación en otras regiones afectadas por la sequía, la desertificación o la falta de infraestructura hídrica podría ser cuestión de tiempo. Los investigadores apuntan a un futuro en el que esta tecnología esté disponible para comunidades remotas, campos agrícolas o incluso ciudades donde el acceso al agua potable es limitado o inestable.
No obstante, el desafío ahora pasa por escalar y abaratar esta tecnología, que aún requiere materiales específicos y un desarrollo técnico complejo. Aún así, el experimento ha generado optimismo dentro y fuera del ámbito científico: el aire podría convertirse en una fuente alternativa de agua allí donde hoy no la hay.
Este avance se enmarca en una tendencia creciente hacia la innovación sostenible frente a la crisis climática y la presión sobre los recursos naturales. A medio plazo, el objetivo será integrar estos sistemas de captación de humedad en las estrategias globales de gestión hídrica, haciendo frente no solo al cambio climático, sino también a la desigualdad en el acceso al agua.
