Los trabajadores de verano tienen una idea simple, pestañean y ahora tienen una cola de 50 metros
Un simple cambio propuesto por unos chavales ha cambiado el quiosco

Colas en un quiosco / Maskot

Hay una tendencia en los últimos años que tiene que ver con la venta de comidas gigantes, una que viene de Estados Unidos y que ha ido popularizándose en redes sociales. Hemos conocido a muchos creadores de contenido que se dedican a ir buscando establecimientos en los que ofrecen este tipo de platos que normalmente tienen que ver con hamburguesas, bocadillos e incluso kebab, enmarcados en algún reto por el cual si te lo terminas no lo pagas y ganas algunas promociones.
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Pero no se queda ahí la inventiva, sino que también se ha ido transportando esta moda a los postres. Buena cuenta de ello pueden dar en un quiosco ubicado en el mercado finlandés de K Murtosenmutka en Pori, donde directamente se puede encontrar un cartel de bienvenida que indica que tienen "los helados más grandes de Finlandia", aunque rebajando la euforia de su invención, apuntan en el letrero con humildad que "bueno, al menos en Pori". Porque la globalización de las redes sociales ha hecho que el 'gigantismo' llegue a cualquier rincón.
"Desde nuestro punto de vista, es el helado más grande de Finlandia. Claro que no podemos garantizarlo al 100%, ya que el tamaño depende del fabricante, pero es grande", comentaba al respecto el comerciante Casimir Nurminen en declaraciones recogidas por Iltalehti. La idea, al parecer, surgió de casualidad y viene dada por los trabajadores de verano de la tienda, que son chavales bastante jóvenes que supieron subirse al carro de los reclamos más actuales, consiguiendo un gran éxito en un abrir y cerrar de ojos.

Helado / Artur Debat

Helado / Artur Debat
Colas enormes por la promoción
Según explica Nurminen, el quiosco emplea actualmente a tres jóvenes de entre 15 y 17 años durante el verano y esa idea ha sido muy importante para ellos porque "crea confianza en sí mismos y fe en lo que hacen", un subidón de autoestima que se vio refrendado "cuando de repente el plan que se les ocurrió apareció en las portadas de los principales periódicos". Todo ello gracias a la política del establecimiento de darles mucha libertad de actuación.
Sobre el producto, comentan que "no hemos limitado el tamaño de las bolas de helado ni del helado suave. Gracias a la buena acogida, el helado suave gigante ha cobrado forma en manos de los trabajadores de verano". El éxito fue rotundo por la forma en la que se difundió por redes sociales y aseguran que ahora tienen colas enormes durante todo el horario comercial, incluso más allá, porque, ante la demanda, han tenido que llegar a cerrar más tarde para satisfacer a todos los que se han pasado por allí.
Resulta que van poniendo una bola encima de la otra y manifiestan que van añadiendo "mientras se mantenga en pie", pero "si algo pasa y el helado se cae al suelo, siempre te haremos uno nuevo gratis". El precio del producto es de unos cuatro euros y por ahora los únicos comentarios negativos que han recibido tienen que ver con su contenido calórico. Nurminen afirma que "ahora elaboramos helados mixtos, es decir, de dos sabores", pero están buscando "una máquina adicional para satisfacer la alta demanda" y añadir nuevas fórmulas. La variedad ahora consta de sabores vainilla-fresa y vainilla-chocolate.




