Mucha gente desconoce lo que ocurre en algunas casas si la temperatura supera los 32 grados
Hay una vía de escape cuando el verano abrasa los hogares

Casa bajo el sol / saulgranda

Cuando el calor intenso llega en verano, intentamos por todos los medios resguardarnos de él, aunque a veces es mucho más complicado de lo que parece, porque lo que solemos hacer todos es permanecer más tiempo en casa con nuestros ventiladores o aires acondicionados, pero hay quien no dispone de estos dispositivos o tienen problemas económicos que no les permiten hacer uso de ellos todo lo que querrían por miedo a que se dispare su factura eléctrica.
De esta forma, se produce una encrucijada en la que podemos pasarlo muy mal, y ya no solo por las altas temperaturas, sino que indirectamente se suman las dificultades financieras que vienen de la mano de ese intento de paliarlas. En este sentido, hay lugares en Europa donde inciden en estas problemáticas y tienen normas para ayudar a los inquilinos a llegar a un punto en el que puedan enfrentarse a todo ello, estipulando incluso rebajas en los arrendamientos si se vive habitualmente en viviendas demasiado calurosas.
¿Te imaginas pagar menos porque hace mucho calor? Bueno, algo así tienen legislado para nuestros vecinos finlandeses. En Iltalehti explican que, por ley, un arrendatario puede tener derecho a una reducción del alquiler si la temperatura interior del apartamento supera regularmente los 32 grados en verano. Para hablar sobre ello han contactado con Anne Viita, directora ejecutiva de la Asociación de Inquilinos de Finlandia.

La Aemet advierte de que este verano será uno de los más cálidos de la historia
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Reducción de alquiler por calor
La experta argumenta que "no pediría una rebaja del alquiler por un día de calor, pero si es repetida y regular durante dos o tres días, entonces preparen los documentos", manifestando que el debate en cuanto a esto se ha intensificado en la última década, cuando los veranos han ido siendo más abrasadores paulatinamente. Asegura que los propietarios suelen intentar refrescar las viviendas con ventiladores portátiles u otros aparatos, pero esto supone un incremento para las facturas eléctricas.
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La fluctuación de los precios de la energía se ha reflejado en la concienciación de los propietarios sobre el alto coste de los electrodomésticos, dice Viita, quien asegura que esto ha provocado que algunos "quieren debatir quién paga la electricidad del aparato de refrigeración", lo que genera la posibilidad de que "si el inquilino trae uno al apartamento, el propietario podría tener que pagar la electricidad". Si bien, es realista y asegura que rara vez hay situaciones en las que un propietario ayuda a un inquilino de esta manera.
De todas formas, esto no es tan sencillo, sino que se tienen que dar una serie de pasos para llegar a la situación de reducción. Primeramente, los inquilinos deben hacer su parte y haber intentado paliar las altas temperaturas de manera consciente y con diferentes medios. Hay que demostrar que ha sido imposible bajarlas de ese corte de 32 grados y, por supuesto, documentar que realmente se suelen alcanzar de manera continuada para aportarlo como prueba. "Contacta al propietario y hazle saber que en el apartamento hace demasiado calor", dice Viita.
Una vez hecho esto, el propietario está obligado a bajar la temperatura por debajo de esos 32 grados, "puede instalar ventiladores rotativos en el apartamento, que remueven un poco el aire. Si así la temperatura es inferior a 32 grados, no hay problema", aunque el arrendatario también tiene derecho a una reducción del alquiler durante el tiempo que lleve subsanar el defecto, así como si no se consigue, que sea permanente. La experta señala que "los descuentos suelen ser pequeños, de entre el 5 y el 15%", pero aplicables si se demuestran los problemas para vivir dignamente en la vivienda durante el verano.




