La familia alquila una villa para sus vacaciones por 5.880 euros con toda la ilusión y se quedan sin nada antes siquiera de entrar
Las explicaciones que les dieron no llegaron a convencerles
Ilustración sobre vivienda / krisanapong detraphiphat
Los años suelen sentirse muy largos y pesados cuando trabajamos casi sin descanso, por eso ansiamos las vacaciones para poder desconectar de nuestros quehaceres diarios, descansar y hacer algo nuevo con familia y amigos. Las personas suelen ahorrar durante tiempo para poder costearse esos días de relax en los que no tengan que preocuparse demasiado, con un colchón que les permita simplemente centrarse en el disfrute, pero a veces ocurren situaciones que nos lo ponen algo difícil.
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Algo así cuenta en Sud Ouest una familia que decidió pasar sus vacaciones en Hossegor (Francia). Alquilaron una villa que les salió por un total de 5.880 euros, pagados en dos plazos, además, tuvieron a bien planear todo con bastante antelación. La reserva la hicieron en octubre de 2024 y lo gestionaron todo a través de la web especializada Gens de confiance, quien le garantiza a sus numerosos clientes un trato serio y sin sorpresas. Pero en esta ocasión no cumplieron.
Estaban ansiosos de que llegara el momento de ir hacia allí después de tanto tiempo con todo organizado, pero una notificación un día antes de partir les rompió todas sus buenas expectativas. La empresa de arrendamiento les comentó que habían ocupado la vivienda y que no podrían disfrutar de ella, aunque en esa historia había cosas extrañas. "No me creí esa versión", explicó Christy Verhoeven, la afectada por esta situación junto a su marido y sus dos hijos.
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Motivos diferentes
Las explicaciones que les dieron no eran convincentes para la familia, más que nada porque manifiestan que el administrador de la inmobiliaria está alargando el asunto cuando piden el reembolso, según recogen en La Voix du nord. La decisión que tomaron fue alquilar otra casa en otra zona de Hossegor y así aprovechar los días que tenían estipulados pasar allí, y una vez llegaron, pusieron una denuncia, pero ya que estaban, se pasaron por la villa que no pudieron disfrutar, supuestamente por la presencia de okupas.
Una vez allí, no se encontraron nada parecido a alguien que hubiera entrado ilegalmente. "Oímos una radio que salía de la casa y vimos un BMW aparcado enfrente", comentaba Verhoeven, lo cual le dio argumentos a su abogado para emitir un requerimiento formal y para llegar a un acuerdo "rápido y amistoso". Y es que la razón por la que no les permitieron entrar en el lugar era algo puramente de la inmobiliaria, más concretamente de algunas personas pertenecientes a ella.
Al parecer, fueron unos socios de la Société Civile Immobilière (SCI) quienes decidieron pasar unos días en la casa, obviando por completo el hecho de que ya estaba reservada de antemano, y cuando llegó el momento en el que los turistas tenían que entrar en la villa, estos se negaron a abandonar el alojamiento. Una vez descubierto, un administrador de la plataforma que intenta mediar en el conflicto califica esto como "una situación única" que no había ocurrido nunca, según escriben en La Voix du nord.
