Un psicólogo revela cómo vivir mejor con una pareja evitativa: "Es como estar con un gato"
Este tipo de personas tienen rasgos algo complicados

Ilustración sobre pareja / Malte Mueller

Las relaciones pueden ser bastante complicadas, porque el roce, la convivencia y demás condicionantes pueden hacer que las cosas se dificulten. Cada una es un mundo, ya que cada persona es diferente, pero hay un perfil que hace que todo sea más difícil. En TF1 Info hablan sobre el caso de aquellas que tienen trastorno de personalidad por evitación, individuos que viven en una paradoja, según explican, y es que desean amar y estar en una relación, pero tienen un miedo irracional a la cercanía y el apego, valorando su independencia y autonomía.
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Para hablar de este tema, contactaron con el psicólogo y sexólogo Pascal Anger, el cual comenta que las personas evitativas tienen a ocultar sus emociones o a expresarlas poco, valorando estar solos, sin depender de los demás. El experto explica que, normalmente, todo tiene que ver con situaciones acaecidas en la infancia, cuando se instauraron esos comportamientos, actitudes y mecanismos de defensa que tienen eco en la edad adulta. "La persona con temperamento evitativo a menudo tuvo una infancia algo complicada o difícil, ya que sus padres no estaban disponibles porque trabajaban, no querían a ese niño o porque no sabían cómo expresar sus emociones", explica.
El pequeño, como no pudo expresar sus sentimientos, necesidades ni deseos, llegó a la adultez con miedo a molestar y tendencia a evitar preocupaciones. También puede ser "consecuencia de experiencias pasadas infelices, incluso catastróficas. La persona evitativa desarrolla entonces miedo u hostilidad hacia las relaciones románticas. Esto también puede ser una combinación de ambos", comenta Anger, quien añade que siempre "habrá un gran misterio en torno a esta persona, en el sentido de que no siempre podemos comprenderla y nos cuesta seguirla porque existe una paradoja en estas personas. Quieren ser amadas, pero la cercanía les asusta".
Uno de los rasgos de las personas escapistas es que tienen miedo al compromiso por la desconfianza en sí mismas y en los demás, para ellas "el amor rima con dificultades y distancia, aunque quieran construir algo sólido. Pero lo hacen de forma equivocada, ya que se exigen demasiado a sí mismas y, a veces, demasiado a la otra persona". A menudo también pueden ser estrictas, rígidas o distantes, pero estos rasgos, aunque para los demás pueden ser difíciles de llevar, a este tipo de individuos les ayuda a sentirse más relajados.
La relación puede funcionar
A pesar de todo ello, Anger afirma que la relación con una persona esquiva puede funcionar, pero partiendo de varias reglas y formas de organización entre ambos. "A menudo será necesario reorganizar la relación, ya que en cualquier relación nada se adquiere, y menos aún aquí. No es un vínculo fácil, pero es más sólido y fuerte que en otras relaciones, pero aun así es necesario comprender esta necesidad de libertad", es más, el psicólogo hace una comparación bastante curiosa y ejemplarizante: "Es como estar con un gato, es el otro quien viene a ti y no tú quien va a él", llevando bastante tiempo 'educarlo', comprenderlo y llegar a un acuerdo.

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Lo principal es tener mucha paciencia, por lo que la comunicación es esencial. "La pareja debe aceptar la existencia de una gran distancia emocional y una necesidad de libertad", comenta el psicólogo, quien también dice que hay que intentar no bloquear, encerrar ni imponer nada a la persona esquiva, pues cuanto más se desee estar en el vínculo de fusión la persona no querrá huir, además, "también hay que evitar sospechar demasiado de ellos, porque, a pesar de todo, la persona que busca escapar suele ser muy honesta". Y tiene un gran temperamento y bastante cambiante en sus actitudes, pudiendo pensar "que ya está, que estamos ahí, que estamos bien, y esa misma noche, la persona se aleja".
"Puede doler, sobre todo si no están acostumbrados a esta forma de funcionar y no se expresan con palabras", por lo tanto, hablar de sus necesidades, ser escuchados y reconocidos, y que cada persona pueda acercarse, es algo primordial. Con todo, observamos cómo este tipo de relación es un desafío diario, y hay quien no está dispuesto a remar tanto, al igual que olvidarse de uno mismo por la otra persona puede llegar a pasar, porque la línea entre comprensión y sumisión es muy fina. De tal forma, Pascal Anger deja claro que en cualquier relación es importante no ignorarse, negarse ni ponerse "al servicio del otro" hasta olvidarnos de nosotros mismos. Así que hay que tener mucho cuidado.




