Los vecinos inventan un nuevo uso de las piscinas inflables y se desencadenan una serie de accidentes domésticos
La desesperación por las olas de calor provoca muchas improvisaciones
Piscina inflable / MileA
Este verano está en el punto álgido de bochorno con sus insistentes olas de calor que nos están condicionando a todos los niveles. Hay horas en las que es casi imposible salir a la calle, y aunque quedarse en casa es una solución porque ahí tenemos aparatos para refrescarnos, sufrimos un poco con la idea de que nos llegue una factura de luz desorbitada. Es por ello que las personas intentan buscar soluciones.
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Algo que todos sufrimos mucho son las noches, porque aunque las temperaturas bajan un poco, siguen siendo bastante altas, por lo que en ocasiones conseguir conciliar el sueño se convierte en una auténtica odisea. Así, hay quien está optando por una solución de emergencia ante tal desesperación, pero esa improvisación hace que se pase por alto algo que debería ser una de las principales prioridades a tener en cuenta, sino la que más, que es la seguridad.
Comentan en el medio Amios que aquellos que tienen piscinas inflables para usar durante el día para refrescarse, están convirtiéndolas en camas improvisadas por la noche. Relatan el caso de Julien, un hombre de 34 años y residente en Montpellier (Francia), que empezó a hacer esto, aunque no sin percances. "Era insoportable estar en casa, así que pensé que dormir afuera en la piscina sería una buena idea", decía, pero no salió bien y tuvo un accidente por las condiciones de esta decisión.
Porque aunque dormir en una piscina inflable puede parecer una buena idea para escapar del calor, conlleva riesgos importantes para la integridad física de las personas. El principal riesgo es que la proximidad del agua y de superficies resbaladizas puede hacer que nos caigamos y nos lesionemos, más aún si estamos entrando y saliendo de la pileta durante la noche, ya sea para ir al baño o para hidratarnos. Sin obviar el riesgo de ahogamiento y que el agua estancada, combinada con el calor, puede convertirse en un caldo de cultivo para las bacterias.
¿Cómo nos refugiamos del calor?
Otras opciones más seguras
En el medio francés nos indican que los expertos en salud recomiendan optar por métodos de enfriamiento más tradicionales y seguros, recordando que "las piscinas son para nadar, no para dormir", afirmación de la mano de un médico especializado en el tratamiento de enfermedades relacionadas con el calor. Así, enumeran una serie de formas más seguras de mantenerse fresco en las noches calurosas sin comprometer nuestra seguridad:
- Uso de ventiladores portátiles o aires acondicionados
- Hidratación regular
- Duchas antes de acostarse
- Uso de sábanas ligeras y transpirables
En este sentido, manifiestan que es crucial desarrollar estrategias de gestión del calor que sean eficaces y seguras, invirtiendo en soluciones sostenibles para prevenir accidentes y mejorar la calidad de vida durante los meses más calurosos. Destacan cómo la investigación sobre materiales innovadores para la ropa de cama, como las que regulan la temperatura, pueden ofrecer nuevas vías para poder tener noches más livianas, así como es importante el desarrollo en el sector de la construcción para que los hogares sean naturalmente más frescos.