Si estás cambiando las sábanas con esta frecuencia, posiblemente estás cometiendo un pequeño gran error
Es importante tener en cuenta todas las variables que influyen

Cambio de sábanas / HearttoHeart0225

Un aspecto muy importante para la salud general de las personas es el sueño, por lo que hay que tener en cuenta todos los factores que pueden ocasionar que no lo conciliemos correctamente. Y esas variables no se centran únicamente en elegir un buen colchón o una almohada cómoda, sino que también están recogidos otros como la limpieza regular y el mantenimiento adecuado de la estancia y las sábanas. En cuanto a estas últimas hay varias creencias populares, como que deben cambiarse cada dos semanas o un mes, pero no siempre es así.
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En la web Fashion blog han recogido las recomendaciones de fuentes de expertos del sector del hogar que trabajan para marcas como Dormitoryrum, Coppel y Dormilón, los cuales determinan que el cambio de sábanas depende de diferentes factores y no existe una regla universal. Explican que, en zonas de climas cálidos o húmedas, el sudor y la humedad tienden a acumularse rápidamente, por lo que el cambio habría que hacerlo cada tres o cuatro días, mientras que en zonas más frías o durante el invierno, la frecuencia correcta sería de hasta dos semanas. Pero no es lo único que influye.
Mencionan que si dormimos con mascotas, los cambios habría que hacerlos aproximadamente cada cinco días, reduciéndose también el tiempo si se convive con personas alérgicas, puesto que hay que intentar reducir la presencia de ácaros y polvo. Si compartimos la cama con una o varias personas, así como si alguna suele usar alguna prenda que ha vestido durante el día, también hay que actuar cada pocos días. Por el contrario, las camas de habitaciones de invitados, siempre que las condiciones de temperatura y humedad sean correctas, se pueden cambiar una vez al mes.
Importancia de la temperatura de lavado
Y después de retirarlas, hay que llevar a cabo el acto de lavar, el cual nos indican que requiere un cuidado especial para preservar su calidad y garantizar una higiene completa. Deberíamos empezar por separar las sábanas por color y tipo de tejido y así evitar daños y decoloraciones, recomendando después el uso de ciclos delicados en la lavadora y una temperatura del agua adecuada según el material. En este sentido, comentan que para tejidos delicados o de color, sería de entre 40°C y 50°C, mientras que para tejidos finos como la seda o el bambú, es preferible el agua fría, a unos 30°C o menos.
Elegir los grados correctamente es algo crucial para eliminar bacterias y alérgenos, siendo ideal lavarlas a 60°C si quienes las usan son personas enfermas o con alto riesgo de contaminación, así nos cercioraremos de matar gérmenes y hongos. En sábanas normales, el equilibrio se sitúa en los 40°C y 50°C. Teniendo en cuenta todo esto, mejoraremos la calidad del sueño, reduciremos la irritación de la piel, las alergias y tendremos un ambiente más saludable en el dormitorio.
Y dentro del secado, la temperatura también es importante. Si usamos secadora, habría que seleccionar temperaturas bajas o medias para conservar la suavidad de las fibras y evitar que se encojan. En Fashion blog comentan que la ropa de cama se ha de guardar en un lugar fresco y seco y bien doblada, así como recomiendan que aquellas personas que quieren más practicidad, deberían tener al menos dos o tres juegos de sábanas para cada colchón.




