Una cuerda atrapa a una ballena en el fondo marino, las orcas acechan y entonces llega la ayuda clave

Un suceso a primeros de mes ha dado mucho que hablar en el mundo marítimo. Ocurría el pasado 2 de septiembre cerca de Cabo Recife, a unas 500 millas al este de Ciudad del Cabo, cuando una ballena jorobada quedó atrapada y un grupo de rescatistas fueron en su ayuda. La operación fue "desafiante y difícil", según un comunicado de prensa del Instituto Nacional de Rescate Marítimo (NSRI), una organización benéfica de rescate marítimo.

Unos pescadores alertaron sobre el peligro que tenía el animal, así que un barco de NSRI fue enviado al lugar. "Encontramos una gran ballena jorobada enredada en una cuerda de pesca que arrastraba una boya de flotación y que parecía estar anclada al fondo del mar por una de las cuerdas de pesca. La ballena afectada tenía espacio para moverse y nadaba en amplios círculos, lo que confirma que estaba anclada al fondo marino por una de las líneas de pesca", explicaban en la notificación de la organización.

Como recoge Miami Herald, los rescatistas acudieron equipados con herramientas de corte especializadas e intentaron liberarla, pero todo comenzó a complicarse. Aunque pareciera que estaban solos en la inmensidad del agua, de repente se dieron cuenta de que otra ballena jorobada apareció en la zona, creyendo los expertos que se trataba de la pareja de la que estaba enredada. Y eso no es todo, sino que iba acompañada por otras dos de su misma especie, "probablemente estaban preocupadas por el bienestar de la ballena enredada", apuntaban desde el comunicado.

Un acto de valentía

Las tres ballenas que se acercaron al lugar se posicionaron entre su compañera enredada y la embarcación de rescate, lo que complicó la misión. Para continuar con su objetivo, el capitán del barco ordenó maniobrar para rodearlas y que así los rescatistas comenzaran a cortar el sedal. Habían conseguido saltar ese obstáculo, pero la tensión continuó con otra visita amenazante. "Mientras cortaban la cuerda de pesca, al menos cinco orcas llegaron al lugar. Suponemos que vinieron a ver qué estaba pasando", informaban desde el NSRI, posiblemente acechando para cazar.

Miami Herald cita a Live Science para explicar que las orcas, también conocidas como ballenas asesinas, se alimentan de ballenas jorobadas, por lo que la situación era casi crítica en ese momento. Sin embargo, en un acto de valentía, las otras ballenas jorobadas que habían llegado se unieron para defender a su compañera. La organización manifestó que "parecía ahuyentar a las orcas", que "no volvieron a verse" por la zona. De esta forma, pudieron realizar el rescate.

Fueron cuatro horas de "condiciones extremadamente desafiantes", de pérdida de varias herramientas y de trabajo arduo, pero lograron retirar todo el enredo. "Cuando finalmente cortamos la última línea de pesca que estaba anclada al fondo del mar, la ballena afectada y las ballenas restantes se sumergieron bajo el agua y nadaron para no ser vistas nuevamente", sentenció el NSRI, una organización que logró salvar a un animal que se ve amenazado alrededor del mundo por este tipo de situaciones ajenas a su propio hábitat.