Un mecánico revela sin metáforas ni rodeos qué se rompe en tu coche cuando lo dejas aparcado
Cuidado con no usar los vehículos durante mucho tiempo

Vehículos aparcados / Kentaroo Tryman

El mantenimiento periódico de los vehículos es necesario y solemos pensar que es más acuciante cuando se le dan mucho uso, y es cierto que ha de hacerse así, pero la realidad es que si no se le hacen muchos kilómetros, también requiere echarles un ojo. Hay personas que, por tal de no desgastarlos demasiado, deciden utilizar alternativas al coche creyendo que así les durará más, pero hay que tener cuidado con esas acciones, porque la inactividad también hace mella, sobre todo si es demasiado prolongada.
Así lo manifestaba un mecánico experimentado en el medio Car & Motor, explicando que varios componentes del automóvil corren el riesgo de sufrir daños cuando el vehículo permanece estacionado y parado durante largos períodos de tiempo, porque aunque los modelos más modernos están diseñados para ser duraderos y fiables, hay gente que los tiene varios meses de inactividad, lo cual puede resultar desastroso para piezas críticas.
Problemas de no mover el coche
El profesional señala el rey de los problemas de la inactividad, que no es otro que la batería. Apunta que, cuando un coche está parado, esta se va descargando gradualmente hasta agotarse por completo, llegando hasta un punto de que es tan profunda y continua esa pérdida de energía que su vida útil se acaba por completo, teniendo la única solución de sustituirla por una nueva. Este es el problema más habitual, pero no el único, pudiendo afectar a componentes que pueden llegar a ser muy caros de subsanar o cambiar, e incluso podrían poner en jaque todo el utilitario.
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No usar el coche durante mucho tiempo puede atacar directamente al freno de mano y a la caja de cambios, especialmente cuando el conductor estaciona el coche sin soltarlo y lo deja en marcha a cierta velocidad, como explican en el artículo, donde advierten que esta práctica puede provocar presión en la caja de cambios y pequeños movimientos imperceptibles del vehículo. Hay problemas algo diferentes según el automóvil del que estemos hablando, habiendo en los manuales el riesgo de vuelco, mientras que en los eléctricos la presión se transfiere exclusivamente a la marcha P, sometiendo a la caja de cambios a una tensión excesiva.
En cuanto a los frenos, ya sean de disco o de tambor, el experto explica que, si el coche permanece estacionado durante mucho tiempo, especialmente después de lavarlo o conducir bajo la lluvia, se forma una fina capa de óxido en los discos, lo que puede provocar que se cree una especie de "pegamento temporal en las pastillas" que los deje bloqueados cuando se intente mover de nuevo. Igualmente, habla sobre los diferentes tipos de aparcamiento, argumentando que estacionar en pendiente o con las ruedas giradas no causa desgaste porque la suspensión y los amortiguadores están diseñados para soportar dichas presiones, pero sí otros peligros.
Al hacerlo con las ruedas giradas hacia afuera podríamos encontrarnos con que otro vehículo lo golpee al circular, así como los casquillos y las piezas de goma de la suspensión pueden perder elasticidad o llegar a resecarse al permanecer en la misma posición durante semanas o meses. Y sí, también hace referencia a las baterías de alto voltaje de los coches híbridos y eléctricos, que pueden sufrir daños irreversibles si el nivel de carga cae por debajo de las especificaciones mínimas del fabricante durante la inactividad prolongada.




