Se presenta como desempleado, resulta que es el jefe y le acaban imponiendo una cuota alimentaria

Después de un análisis probatorio basado en documentación, testimonios y pericias, se descubrió cómo un hombre había estado eludiendo sus responsabilidades parentales, habiendo mentido en cuanto a su situación personal, laboral y financiera con la consiguiente consecuencia de que no aportaba económicamente a la crianza de sus hijos, supuestamente por estar desempleado y sin ingresos. Esto sucedió en Bariloche (Argentina), como recogen desde LM Cipolletti, donde explican que un fallo judicial ha puesto el foco en el rol activo que debe asumir el Estado para garantizar derechos básicos de niños, niñas y adolescentes.

Resulta que la madre asumió todas las tareas de crianza, desde la educación y la salud, hasta la contención emocional cotidiana, así como todas las necesidades materiales y de índole económico que pudieran necesitar. Se consideró mantenía el hogar con ingresos limitados a pesar de que es docente universitaria y tiene unos ingresos extra con un pequeño negocio de jardinería, sin embargo, esto no llegaba a cubrir las necesidades básicas de los tres hijos, teniendo en cuenta que el más pequeño requiere atención especializada en distintas áreas del desarrollo, teniendo que sustentar terapias, traslados y acompañamiento escolar.

La responsabilidad de todo ello era de los dos progenitores, pero el padre presentó en una primera etapa la alegación de que se encontraba desempleado, algo que terminó desmontándose tras una investigación judicial. La realidad es que desempeñaba el puesto de gerente en una institución local, percibiendo un salario acorde a esa categoría. Esto hizo que la jueza que llevaba el caso decidiera fijar una cuota alimentaria por encima de la media, que en el artículo del medio antes mencionado aseguran que está plenamente justificada en función de su capacidad económica y de las necesidades concretas de los niños.

Detalles de la sentencia

La magistrada hizo hincapié en que la responsabilidad parental no se limita al vínculo afectivo y el derecho a participar de la vida de los hijos, sino que también implica garantizar que tengan unas condiciones de vida dignas y acordes al nivel socioeconómico de la familia, escriben en LM Cipolletti. Además, se añadió el detalle de la edad de los chicos, pues dejaron claro que cuanto más crece, más necesidades tienen en cuanto a alimentación, salud, educación y ocio, por lo que se puso encima de la mesa el principio del interés superior del niño.

De esta forma, el fallo de la jueza impone que el padre deberá aportar una suma mensual no menor a nueve Salarios Mínimos, Vitales y Móviles (SMVM) en concepto de manutención de los tres hijos menores de edad, a lo que hay que sumarle el pago del 50% de los gastos extraordinarios y la cobertura de las asignaciones familiares. Igualmente, queda abierta la posibilidad de revisión de esta imposición ante cualquier cambio en las condiciones económicas o familiares de los progenitores, siempre que se garantice la estabilidad del hogar donde viven los menores.