Sonja, investigadora y madre de cuatro hijos: "Hay algo clave para ellos que hacemos aún menos a medida que crecen"
Alcanzar la felicidad tiene mucho que ver con ciertas acciones

Niño feliz / Stefania Pelfini la Waziya

Sonja Lyubomirsky es profesora de psicología en la Universidad de California, habiéndose formado con honores en su licenciatura en la Universidad de Harvard y su doctorado en psicología social en la Universidad de Stanford, así como ha escrito algunos libros que han sido publicados en 39 países. En su campo es una de las personas más destacadas, habiendo sido altamente laureada por su investigación sobre la posibilidad de aumentar la felicidad de forma duradera mediante intervenciones de gratitud, amabilidad y conexión, como apunta en su página web.
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Entre los reconocimientos que ha recibido destacan un Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Basilea, el PremioDiener por Contribuciones Destacadas a Mitad de Carrera en Psicología de la Personalidad, la Medalla de Oro Christopher J. Peterson, Miembro de la AAAS, el Premio al Profesor Investigador en todo el campus y un Premio de Psicología Positiva. Con este currículum tan extenso, es una voz autorizada para definir ciertas acciones con los niños, teniendo también experiencia propia como madre de cuatro hijos.
De esta forma, en CNBC Make It destacan algunas de las recomendaciones que da Sonja para encontrar la felicidad, que pasa por acciones como las conversaciones profundas, la gratitud y los actos de bondad, pues esto nos hace sentir más unidos al resto, ella mismo decía que "la clave de la felicidad es sentirse amado y conectado con otras personas". Lyubomirsky tiene el objetivo de ayudar a sus hijos a alcanzar esa alegría, así como dar mecanismos a los demás para ello, dejando dos consejos clave para que los padres puedan criar niños más felices.
Fomentar conversaciones más profundas
Como se ha mencionado antes, la psicóloga ha descubierto durante su carrera que la clave para ser más feliz es sentirse más conectado con la gente, por lo que una conversación profunda y significativa es la herramienta más eficaz para ello, puesto que puede enseñar a los niños en sus propias relaciones sociales repitiendo las formas que reciben de los padres. Ella misma insta a sus hijos a que "intenten desarrollar curiosidad sobre los intereses de sus amigos, hablen más con ellos y hagan preguntas", porque es el modo para desarrollar una conexión real.
No olvidar el contacto físico
Lyubomirsky incide de manera especial en que los padres deben tener contacto físico y abrazar a sus hijos, porque es "algo que, especialmente a medida que los niños crecen, hacemos aún menos", a pesar de los beneficios que tienen para las personas a todos los niveles. De hecho, destaca que las investigaciones científicas han dejado de manfiesto que acciones como abrazar o sostener son fundamentales para el desarrollo infantil, pero también cuando ya han crecido para que sientan el calor y el apoyo de los progenitores, algo que dará seguridad y una sensación agradable que potenciará su estado de ánimo y confianza.




