Aumenta el consumo de cannabis y se reduce el del resto de drogas en Navarra

Pamplona

Proyecto Hombre Navarra atendió en 2022 a casi 1200 personas adultas, incluyendo a sus familiares. Usuarios con un perfil medio de 40 años, aunque comprendieron desde los 18 hasta superar los 70. En cuanto al género, un 80% fueron varones, con problemas sobre todo con los estimulantes (cocaína y anfetamina) y el alcohol. En el caso de las mujeres, fueron un 20% las que acudieron con problemas de alcohol, consumo de estimulantes y cannabis. Con motivo del día mundial contra las drogas, Cadena SER ha hablado con Alfonso Arana, presidente de Proyecto Hombre a nivel nacional desde octubre de 2019. El presidente ha animado a ver más allá del consumo en jóvenes: "Realmente creemos que la mirada tiene que estar hacia la población adulta, no tanto con el consumo de alcohol como con lo que serían las conductas adictivas al juego". Arana asegura que es necesario empezar por una "sensibilización" en torno a la población adulta para luego poder dotar a los jóvenes de herramientas preventivas para buscar la "mayor protección y el menor riesgo".

Tras la pandemia, hubo una ola de solicitudes, pero según cuenta Arana, en 2021 la asociación vivió una estabilización de la atención hasta este año que se ha sufrido un aumento concentrado en el programa ambulatorio. Un programa enfocado a las personas que tienen "un buen soporte a nivel familiar o social y tienen empleo". Su opuesto y, a la vez, complementario, es el programa residencial diseñado para personas que necesitan una mayor intervención y están en una situación de mayor vulnerabilidad para "cubrir sus áreas familiares y habitacionales". Dos programas diferenciados en el perfil de usuarios: el empleado y el desempleado.

Durante un proceso adictivo, es esencial "no pensar cuándo la persona ha llegado a tocar fondo, sino intentar comenzar los procesos lo antes posible, en cuanto se detecten consecuencias por el consumo", advierte Arana. Un detección rápida que ayuda al proceso de rehabilitación, pero que necesita de acompañamiento: "Hace 20 años casi todo el mundo tenía alguna red de soporte y de apoyo familiar. En estos momentos tenemos un grupo importante de personas que no cuentan con ese apoyo". Este respaldo familiar y de amistad es el que más ayuda ya que son los primeros que suelen buscar soluciones para la persona afectada: "Muchas veces vienen madres o amigas y amigos que están preocupados por la situación". Sin embargo, los casos en los que los afectados son personas en situación de conflicto en su ámbito familiar, de pérdida de empleo o dificultades económicas son muy complicados de corregir.

Actualmente, hay diversas campañas de sensibilización en el ámbito laboral. "Muchas de las personas que acuden a tratamiento vienen estando inmersas en el mundo laboral", es por esto por lo que desde la asociación, buscan trabajar con las empresas y con las entidades para implementar planes de prevención "para que tengamos unos espacios lo más saludablemente posibles de trabajo y donde las personas estén protegidas de las consecuencias adversas de los consumos", destaca Arana. Por otro lado, y en general a nivel de sociedad, dice el presidente que "habría que hacer una reflexión del modelo que tenemos de disfrute y ocio", y añade que hay dos modelos: "uno de fiesta inclusiva y donde los cuidados y la protección de las personas sea uno de los principales objetivos y otro donde el sobrarse y donde las consecuencias adversas de los consumos sean los que marquen la pauta".

Tendencias en Navarra

En los últimos cinco años, según cuenta el presidente, ha habido un ligero aumento de cerca del 2% en las personas que acuden a tratamiento por problemas comportamentales con el tema del juego. Se reducen las que acuden por consumo excesivo de sustancias, con la excepción del cannabis: "Estamos ya cerca del 13% del total de las personas que acudieron el año pasado a nuestra fundación a programas de atención de adultos, tanto ambulatorio como residencial, eran por problemas con esta sustancia".

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Navarra es la primera comunidad en la que los jóvenes antes comienzan a beber, según el estudio EDADES realizado por el Plan Nacional sobre Drogas cada dos años. En el programa Suspertu, propio de Proyecto Hombre, han detectado que muchos de los menores que acuden a la asociación comenzaron a consumir alcohol en torno a los 12 y 13 años. Un consumo que, asegura el presidente de la asociación, cuanto antes se produce, más riesgo de que se constituya en un consumo problemático existe de cara al futuro.