Viveros Villanueva: En el origen del vino
La empresa familiar de Larraga elabora cada año más de 8 millones de plantas de vid con destino a bodegas y viticultores de todo el mundo
Carlos Lucea (Viveros Villanueva): "El sector productivo de plantas de vid es el gran desconocido en el mundo del vino"
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Pamplona
Con una trayectoria más que centenaria, la empresa familiar Viveros Villanueva Vides protagoniza la génesis de cualquier vino que se vierte en una copa. Todo empieza por una planta, la vid. Y a generar esas vides es a lo que se dedica esta firma, asentada en Larraga -Zona Media de Navarra- desde sus inicios. "Somos el gran desconocido de un mundo tan apasionante como este del vino: el sector productivo de plantas de vid", explica Carlos Lucea Villanueva, director técnico de esta empresa en manos de la cuarta generación. "Más de cien años produciendo y comercializando plantas de vid", apunta. Y señala que Navarra, y particularmente la localidad de Larraga, con su empresa, cuenta con "una imagen de marca muy potente a nivel español. En lo que es la producción de planta de vid de Navarra, entre el 80 y el 90% se produce en Larraga, señala. Para la producción de la planta de vid se necesita una gran superficie de terreno, "250 hectáreas que dedicamos tanto a la viñas madre, de donde sacamos el material vegetal, como para producir la planta anual que al año siguiente vendemos a viticultores y bodegas". En esa finca cuentan con "campos de pies madre y viníferas de todas las variedades que se cultivan en España. De ahí obtenemos después de la poda todo el material vegetal para ir injertando una a unos los más de 8 millones de plantas que hacemos cada año".
Lucea explica que "el inicio de todo es la poda y una vez que podamos ya tenemos la materia prima en casa, en el almacén, y a partir de ahí, hay que cortar yema a yema y luego injertarla manualmente. Es un proceso artesanal laborioso y muy bonito; aprovecho para invitar a quien quiera acercarse porque tenemos las puertas abiertas para visitar Viveros Villanueva".
La importancia de innovar para obtener viñas más sanas
La innovación es uno de los pilares en el proceso de mejora continua de la empresa. "Llevamos desde 2008 con proyectos I+D+I y hemos lanzado tres nuevos productos al mercado gracias a ellos". En diciembre de 2023, Viveros Villanueva ha recibido el Premio en la categoría Proyecto de I+D+i individual de la Plataforma Tecnológica del Vino, por su proyecto "Estudio de la dinámica temporal del microbioma de la vid mediante técnicas de secuenciación de nueva generación (VITISEC).
La empresa suministra planta de vid a todas las zonas vitivinícolas de España. Además, está iniciando un proceso de internacionalización, a través del proyecto Plan Internacional Navarra (PIN). "Estamos trabajando en diferentes continentes". No solo en Europa. También México es otro de los mercados. "Hay que abrir fronteras, vivimos en un mundo global y tenemos que estar atentos a distintos mercados", defiende. "Tanto las bodegas como los viticultores , cuando quieran plantar una viña tendrán que recurrir a un vivero". Pero no solo las grandes empresas del vino necesitan comprar planta de vid. "Cada vez más, esta pasión del mundo del vino se está trasladando a todos los sectores" y hay pequeños amantes del vino que están haciendo sus proyectos. Pequeños viticultores "que están recuperando esos viñedos de sus antepasados, del abuelo, del padre, que nos traen esa materia prima, esas yemas al vivero y se lo multiplicamos y les devolvemos al año siguiente recuperando esos tesoros enológicos que nos encontramos en el campo".
En cuanto a las variedades con las que trabaja la empresa de Carlos Lucea, junto a las más populares, -tempranillo, garnacha, cabernet sauvignon, chardonnay-, "pero sí que hay una tendencia cada vez mas fuerte a probar algo diferente. En este mundo tan global ya nos vamos aburriendo siempre de probar los mismos vinos y empiezan a aflorar proyectos con variedades minoritarias de zonas diferentes. Y esa es una pasión, el poder acompañar a esos viticultores en el desarrollo de nuevos proyectos". Una tarea de diversificar con nuevas variedades que exige mucha atención a las tendencia en el mercado y los gustos sobre el vino, puesto que el trabajo de los viveros se realiza a a medio largo plazo. "No estamos exentos del riesgo de aportar por una variedad concreta y de decisiones que se escapan a nuestro control", avisa.
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