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Sociedad

Entierran los restos de Manuel Azcona, republicano asesinado por el franquismo: "Era de Villafranca y ahora vuelve"

Los restos fueron encontrados en Miranda de Ebro y el 13 de julio se identificó a Modesto, bisabuelo de la presidenta de AFFNA

Un nuevo paso para la Memoria navarra

Pamplona

El pasado 13 de julio se identificaron en Miranda de Ebro los restos de Manuel Azcona, vecino de Villafranca republicano y represaliado durante la guerra civil, que fue detenido el mismo día del golpe de estado, 18 de julio de 1936, por ser diputado de Unión Republicana. Tras 88 años en paradero desconocido, el 20 de julio Manuel será enterrado en el cementerio de su pueblo. Amaia Lerga, bisnieta del asesinado, resulta ser la presidenta de la Asociación de Familias de Fusilados de Navarra, y después de acompañar a otras familias en la búsqueda de sus antepasados, encontrar a su bisabuelo la ha sobrepasado: "Lo primero que hubo en casa fueron gritos, porque era la llamada soñada que esperábamos ansiosamente. Surgen emociones encontradas porque pensábamos que lo íbamos a vivir únicamente como una alegría, pero el duelo acumulado durante generaciones se cierra y la emoción es mucho más grande que eso", ha explicado.

Efectivamente, son cuatro generaciones las que han sufrido el duelo, y es que la bisabuela de Amaia murió sin tener ninguna pista de cómo murió su marido. Aquella mujer, que se quedó en Saracho como maestra mientras sus hijos vivían en Vitoria, se exilió en Londres, donde tuvo la oportunidad de huir hasta México al inicio de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, decidió volver a Villafranca, donde estaban sus hijos, y ahí vivieron la miseria correspondiente a una familia republicana en el franquismo: "La vida en un pueblo de los niños marcados como rojos no era nada fácil", recalca Lerga.

Ante el entierro de MAzcona, que tendrá lugar el 20 de julio en Villafranca, su bisnieta se ha mostrado visiblemente emocionada al reivindicar "un acto de justicia y de reparación para él y el resto de familiares. Tocaba que volviera a casa porque era de Villafranca, y mañana vuelve".

Hoy por Hoy Navarra (19/07/2024)

En Navarra se han recuperado 155 cuerpos en las 32 exhumaciones realizadas desde que en 2015 comenzó esta actividad coordinada por el Instituto Navarro de la Memoria. Aun así, los por lo menos 80 años que han pasado desde el asesinato de estas personas dificultan considerablemente la identificación de los cuerpos, porque la carga de ADN que se encuentra en los mismos es mínima. De hecho, en el caso de Manuel Azcona, las dos primeras pruebas de ADN no demostraron compatibilidad con sus familiares, y no ha sido hasta el tercer intento cuando han podido reconocer los restos.

El Instituto Navarro de Memoria ha realizado 114 prospecciones en total, y muchas han resultado infructuosas. El paso del tiempo no solo dificulta la identificación de los cadáveres, sino que también ha provocado que se hayan perdido los testimonios directos de aquella época. "Ha habido pérdida de informantes directos y, al mismo tiempo, transformaciones en los terrenos, que están haciendo cada día más complicado la localización", ha explicado José Miguel Gastón, director del INM. Así, los sitios de las prospecciones cada vez se deciden más a ciegas, y las excavaciones de los dos últimos años no han dado con ningún resto. Además, la construcción de carreteras o vivienda encima de algunas fosas directamente imposibilitan las excavaciones.

Al menos, según han trasladado desde el INM, Navarra no pone apenas trabas burocráticas en la búsqueda de víctimas desaparecidas del franquismo, ya que tanto gobierno como administraciones y casi todo el abanico político están concienciados con la causa. "El compromiso seguirá siendo firme, y se seguirá buscando año tras año hasta que se encuentre al último, pero también hay que ser realista, y es que muchas personas no van a aparecer por muchos motivos", ha admitido Gastón.

Aunque la mayoría de prospecciones resulten infructuosas, Gastón subraya que son relevantes, porque en ellas se refleja la voluntad de un pueblo por dignificar su memoria. Cada familia que recupera los restos de un antepasado es una buena noticia para la historia de una sociedad. "Cuando se encuentra a un antepasado las muestras de alegría son intensas, y se cierra un círculo que nunca se tuvo que abrir, porque no tendría que haber ocurrido una masacre como la que hubo, pero dando por hecho que la hubo, la localización e identificación del familiar supone una alegría intensa para la familia". Para contribuir a la identificación de más restos, el INM ha instado a las familias de desaparecidos durante el franquismo a aportar su ADN para las pruebas.