El imprescindible recuerdo de la matanza de Valcaldera

Pamplona

Fueron 53 los presos republicanos sacados de la cárcel de Pamplona en agosto de 1926. Teóricamente se les iba a poner en libertad. la realidad fue mucho más siniestra, fueron llevados al paraje de valcaldera para ser fusilados. Solo uno logró escapar. La asociación memorialista AFFNA 1936, organizadora, cada año, de los actos de recuerdo, lo explica así:

El porqué de los actos de recuerdo

Affna 1936 explica, en un comunicado, cómo el desarrollo de los hechos justifica su homenaje:

Ese día, las autoridades militares y civiles “afectas al régimen” anunciaban la puesta en libertad de 53 presos republicanos de la Cárcel de Iruñea; en realidad se trataba de una “saca”. La mayoría de estos presos eran destacados intelectuales y dirigentes del republicanismo y el sindicalismo de Pamplona; también seis vecinos de Obanos.

Al mismo tiempo, una solemne procesión recorría Pamplona (encabezada por el obispo Olaechea que fue la primera autoridad eclesiástica en denominar como cruzada al golpe de estado del 18 de julio) pidiendo fuerza y valor a las tropas fascistas y los requetés navarros, para su triunfo en el frente de batalla, y para salvar a España de la deriva republicana. Plegarias y rogativas por las fuerzas militares que estaban lidiando en “una contienda entre la civilización y la barbarie” Las autoridades eclesiales tenían conocimiento de ello, enviando a varios sacerdotes para prestar auxilios espirituales a los condenados, entre ellos a Antonio Añoveros, años más tarde obispo de Bilbao.

Los 53 presos tras ser conducidos a Valcaldera (Cadreita) por un grupo de requetés y falangistas, fueron asesinados. Uno, Honorino Arteta Echarte, logró escapar de la muerte.

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Se tiene constancia de estos hechos gracias a los testimonios de primera mano de Galo Vierge, que, en su libro “Los culpables. Pamplona 1936” se hace eco de esta matanza y de Honorino Arteta, único superviviente de la misma que, en un relato escrito en 1938, del que fue depositaria la familia Yarnoz Húder ( familia de Marino Húder Carlosena y el de su primo Ramón Húder Ansa, asesinados en Valcaldera y obligados al exilio), narra las circunstancias de la falsa puesta en libertad de los 53 presos, la matanza y su posterior huida. Mari Carmen Yarnoz entregó este testimonio a la familia de Honorino en septiembre de 2021 en el marco del acto de homenaje al exilio republicano navarro organizado por el Instituto Navarro de la Memoria y celebrado en Elizondo.

Estos actos de recuerdo se desarrollarán en dos emplazamientos declarados como “Lugares de la Memoria Histórica de Navarra”. El primero de ellos, un breve acto de recuerdo y homenaje, en el solar de la antigua cárcel de Pamplona, junto a la rescatada puerta de la misma, la puerta por la que entraban víctimas de la represión en el verano del 36 y durante la dictadura; la puerta que algunos cruzaban hacia su asesinato: a los fosos de la Vuelta del Castillo, a Valcaldera o hacia cualquier fosa o cuneta. La puerta convertida en monumento memorialista y recuperada en recuerdo a los represaliados del golpe de estado del 36 y del franquismo. Será a las 17,45 h. A continuación, a las 18,15 h. un autobús para el que aún quedan plazas, saldrá del mismo lugar para que las personas interesadas acudan al acto que se realizará en Valcaldera a las 19,30 h. y que contará con intervenciones musicales y de familiares de víctimas.

Este término ubicado en Cadreita, en la entrada a las Bardenas, es oficialmente un Lugar de Memoria de Navarra; pero para que se convierta en un lugar que respalde el especial simbolismo que tiene este paraje dentro de la memoria de la Guerra Civil en Navarra, para que sea referencia de las personas que lo visiten dentro de unos itinerarios, que podrían estar unidos a otros lugares de la ribera de Navarra donde hubo asesinatos. Este espacio, necesita que un monumento, una actuación paisajista que recuerde lo ocurrido aquel 23 de agosto.

Restos en paradero desconocido

Se sabe que de la fosa de Valcaldera, fueron trasladados en secreto al Valle de los Caídos y que el tesón y afán por recuperarlos mostrado por algunos de sus familiares, posibilitó que en 1979 retornaran a Navarra, donde, tras un homenaje dispensado en la localidad de Corella, se cree fueron inhumados en algún cementerio próximo. Aquí se pierde la pista de los 52 cuerpos exhumados por dos veces y que parecen no poder descansar, alguien tiene que saber dónde se encuentran. Quizás ya no queden vivas las personas que intervinieron en este retorno a Navarra de los restos, pero si familiares o amistades conocedores de esa historia oral. Hay que romper los silencios para conocer lo que pasó y que esta historia no sea una historia oculta. No más silencio y olvido.

Por todos ellos, por su recuerdo, por sus familiares que merecen encontrarlos, desde Affna 1936 aseguran que las instituciones y la Justicia deben, se deben, comprometer y ayudar a localizarlos.