"Sería raro que Junts votase contra un derecho histórico de una comunidad que ya tuvo lo que Aznar le dio a Cataluña cuando él y Pujol parlaban el catalá en la intimitat"

Pamplona

A la mayoría os pilló en la playa, en el monte o en fiestas de tu pueblo, pero quienes no teníamos algo mejor que hacer o somos unos frikis nos echamos el pasado 8 de agosto pegados a la radio escuchando qué pasaba con el pleno de investidura de Salvador Illa en el Parlament Catalán. O mejor dicho, qué iba a pasar con Puigdemont.

Cuándo le iban a detener era la intriga y lo menos que nos esperaban era ese momento en el que nuestro compañero de Radio Barcelona dijo; están entrando en el Parlament pero no veo a Puigdemont.

Ni él, ni los Mossos de Esquadra, pero estuvimos hasta última hora esperando la siguiente vuelta de tuerca del president Houdini. Que lo mismo aparece colgado de una maroma desde el techo del Parlament. Así que hoy, que tenemos votación clave en el congreso, es mejor no fiarse mucho.

Sería raro que Junts votase contra un derecho histórico de una comunidad que ya tuvo lo que Aznar le dio a Cataluña cuando él y Pujol parlaban el catalá en la intimitat. Pero todo puede pasar. Aún así, el hombre tranquilo del gobierno Chivite, el vicepresidente Taberna, mantiene sus planes.

El concepto exprés en la política es de aquella manera, que se lo pregunten a Juan Carlos Unzué y la ley ELA, así que la realidad es que rápido va.