Ríos navarros libres de (algunos) obstáculos
Retirado el azud del molino de Arquijas en el Ega a su paso por Zúñiga, una de las 15 intervenciones en el último año en Navarra.

Así ha quedado el río Ega tras la demolición del azud del molino de Arquijas, en Zúñiga ( Navarra)
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Pamplona
Zúñiga es un pequeño y cuidado pueblo de la Merindad de Estella (Navarra), casi lindante con la provincia de Álava. El río Ega es muga natural entre ambas provincias en las cercanías de Zúñiga. El vecindario del pueblo de más edad recuerda desde su niñez los paseos por el barranco de Lasia que llegaban hasta el molino de Arquijas. Allí vivían varios vecinos alojados en este inmueble. Tras las funciones de molienda, también sirvió para generar energía eléctrica con la regulación del caudal de agua mediante un azud. Un obstáculo construido en su tiempo para servirse del río y generar riqueza y ventajas para la población de la zona. Pero esas funciones ya hace tiempo que desaparecieron y el azud se convirtió en una ruina que ya no tenía sentido mantener porque además provocaba un impacto negativo en la cabecera del río Ega. Esa presa o azud de tres metros y medio de altura ya ha sido retirada después de los trabajos ejecutados por una ONG llamada Centro Ibérico de Restauración Fluvial (CIREF). Es una de las 15 intervenciones que en el último año se han llevado a cabo en Navarra. Hay muchos más obstáculos en los ríos de nuestra Comunidad. "Entre 700 y 750 en números gruesos", apunta en La Ventana de Navarra la Jefa de Sección de Gestión Piscícola en el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, María Eugenia Hernando. Ella es una de las personas que intervienen en una visita a este paraje para comprobar los resultados de esta intervención. Una más en esta tendencia de largo recorrido que busca restaurar los cauces fluviales naturales liberándolos de obstáculos, y recuperar las condiciones naturales originarias de sus riberas.
También se busca evitar la fragmentación de los hábitats que estas infraestructuras en desuso provocan en los ecosistemas –vegetación o especies acuáticas- de estos lugares.
Se ha explicado este martes con motivo de la visita del consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno foral, José María Aierdi, en la localidad de Zúñiga a la última de estas intervenciones finalizada, el derribo del azud del viejo molino de Arquijas en la cabecera del río Ega.
Según ha explicado el Ejecutivo foral en una nota, esta actuación mejorará, en un tramo especialmente valioso de la Reserva Natural del barranco de Lasia y la ZEC de los ríos Ega y Urederra, las condiciones de hábitat de especies como la nutria, la trucha, el visón u otras especies de peces autóctonos actualmente en un estado desfavorable, así como la renaturalización de todo el entorno, a ambas orillas del río.
Allí, el consejero Aierdi ha señalado que “la recuperación de las condiciones naturales de los ríos, que han sido históricamente alteradas por la acción humana a través del aprovechamiento de sus cauces, además del beneficio medioambiental para la biodiversidad, implica también apostar por la recuperación del patrimonio natural y cultural de nuestros pueblos”.
Ha destacado que la eliminación de azudes e infraestructuras obsoletas “supone una línea de acción clave del Departamento dentro de la estrategia de mejora de los ecosistemas fluviales y la biodiversidad de la Red Natura 2000”.
Actuaciones forales, municipales y privadas
Esta es la primera actuación que ejecuta en la Comunidad Foral el Centro Ibérico de Restauración Fluvial (CIREF), asociación que gestiona fondos del programa privado internacional ‘Open Rivers’ que ha financiado el proyecto. Anteriormente, el Gobierno de Navarra ha promovido, desde 2024, el derribo de otros 9 azudes -3 de ellos, cofinanciados a través del proyecto europeo Life Kantauribai- con una inversión total de 540.000 euros.
Las citadas actuaciones del Gobierno foral y CIREF se completan con otros 4 proyectos públicos –tres acometidos por el Ayuntamiento de Pamplona en el río Elorz y una restitución de cauce realizada por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) en la localidad de Donamaria- y una demolición promovida por el propietario privado, tras la finalización de la concesión de un aprovechamiento en la regata de Latsa, a su paso por Arantza.
Por comarcas, diez de las intervenciones de derribos se han realizado en comarcas de vertiente cantábrica –seis en la cuenca del Bidasoa, además de Arakil, Leitzaran y Baztan- y las cinco restantes, en la mediterránea: las tres del río Elorz y otra en el Urrobi, además de la visitada hoy del paraje de Arquijas, en el río Ega.
Labores de derribo y renaturalización
Las obras de eliminación física de un azud de 3,5 metros de altura en Arquijas fueron ejecutadas el pasado mes de octubre por la empresa especializada Naturalea, que reutilizó en la zona los materiales resultantes del derribo, así como también minimizó el uso de maquinaria pesada para evitar el deterioro del suelo y la vegetación.
El proyecto ha culminado ahora con el proceso de renaturalización del entorno, en cuyo desarrollo se han involucrado activamente el propio Ayuntamiento, la familia propietaria del extinto molino y otros agentes locales.
También se han estabilizado los restos del edificio del molino preexistente y realizado labores de monitoreo en la zona para medir el impacto de la eliminación de la barrera en el hábitat y las comunidades de peces e invertebrados. Asimismo, se han colocado paneles explicativos de la intervención e información añadida sobre los antiguos usos del molino por parte de sus propietarios y la población local.
El Centro Ibérico de Restauración Fluvial (CIREF) es un organismo no gubernamental comprometido con la renaturalización de ríos en España y Portugal.