BS Edulcorantes: La discreta labor de 'endulzar' el mercado alimentario a gran escala
La empresa navarra produce 20.000 toneladas al año y apuesta por innovación y eficiencia en un mercado que busca menos azúcar y más soluciones saludables

Mario Ramírez, director técnico de BS Edulcorantes
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Pamplona
En Monteagudo, una planta automatizada produce cada año 20.000 toneladas de jarabes, azúcares líquidos y azúcares invertidos que terminan en conservas, galletas, licores y hasta en el patxarán casero. Detrás de estas cifras está BS Edulcorantes, una compañía que lleva más de 25 años facilitando procesos a la industria alimentaria y que hoy se mueve entre la tradición del azúcar y las tendencias que buscan reducir su consumo y buscar otras alternativas menos calóricas.
Mario Ramírez, director técnico comercial, lo resume con claridad en una nueva entrega de La Ventana de la Empresa navarra: "nuestra materia prima principal es el azúcar. Elaboramos azúcares líquidos, azúcares invertidos y mezclas a medida del cliente, jarabes que optimizan la dosificación y agilizan el trabajo en planta. El objetivo es ofrecer un producto listo para usar que simplifique procesos y garantice calidad". Esa calidad está avalada por la certificación IFS, imprescindible para operar en el mercado europeo y exigida por los clientes. Es vital, subraya Ramírez, porque garantiza seguridad alimentaria en un sector donde la confianza es clave.
Una planta automatizada con 16 empleados
La historia de BS Edulcorantes arranca en Murchante, cuando Antonio Rodríguez Bernal montó una planta disolutora de azúcar para dar servicio a empresas que necesitaban soluciones prácticas. El crecimiento y las demandas de garantía llevaron a trasladar la producción a Monteagudo, donde la compañía ha invertido en tecnología y capacidad: un depósito de 300 toneladas para azúcar líquido, nuevos reactores para fabricar azúcar invertido y filtros para azúcares decolorados. Todo en una planta que, con solo 16 personas, produce millones de kilos gracias a la automatización.
El azúcar invertido es uno de los productos estrella. Ramírez lo explica desde su formación química: "el azúcar es un disacárido formado por glucosa y fructosa. Lo que hacemos es romper ese enlace mediante procesos ácidos o enzimáticos y obtener un jarabe más dulce que el azúcar, lo que permite usar menos cantidad. Es muy versátil, añade, porque evita cristalizaciones en helados y mejora texturas en repostería y bollería industrial".
El azúcar y la salud pública
Pero hablar de azúcar hoy implica entrar en el debate sobre salud pública. El consumo global está bajando y la percepción social lo señala como poco saludable. Ramírez matiza: "el azúcar no es malo, lo que es malo es el exceso". Es una fuente de energía para el organismo y forma parte de la dieta, pero el problema llega cuando se abusa. La industria responde a esta tendencia con edulcorantes de alta intensidad, aditivos regulados por la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) que permiten reducir calorías en productos como refrescos cero. Son químicos, advierte, y su uso está muy controlado, con límites según el tipo de alimento. Frente a ellos, el azúcar natural sigue siendo el referente: "más origen natural que una remolacha o una caña no lo hay", apunta Ramírez.
La demanda del consumidor empuja hacia soluciones sin azúcar o con menos azúcar, y eso obliga a jugar con edulcorantes y polioles, productos que endulzan sin ser azúcar. "Sin embargo, ninguno ofrece el perfil completo del azúcar. Puedes acercarte, pero pierdes cualidades del alimento".
En este contexto, BS Edulcorantes crece. No porque aumente el consumo de azúcar, que sigue a la baja, sino porque muchas empresas que usaban azúcar en grano están migrando al formato líquido. La razón es práctica: una cisterna que se descarga directamente en la instalación frente a miles de sacos que hay que mover a mano. Es eficiencia, es optimización, resume Ramírez. Y esa tendencia se consolida, con perspectivas positivas para la compañía.
Desde Monteagudo, BS Edulcorantes forma parte de Alinar, la asociación que agrupa a la industria agroalimentaria navarra, uno de los sectores industriales más potentes de la Comunidad Foral. En este sentido, Mario Ramírez subraya que la colaboración entre empresas es clave para crecer y afrontar retos como la innovación y la adaptación a un mercado que cambia rápido.




