Todos recordaremos las series míticas, con las típicas familias americanas como «I love Lucy», «La tribu de los Brady», «La Casa de la pradera» y cómo han ido evolucionando. Paco Escribano asegura que, a partir de entonces, los guionistas se esforzaron por reflejar una sociedad más real: «Ha habido una progresión hacia familias más acordes con los tiempos que corren, que son familias mucho más diversas, mucho más variadas...». «Modern Family» es un ejemplo de ello. «Modern Family» muestra el día a día de tres familias: El padre se ha casado con una mujer 20 años más joven que él, que a su vez, es madre de un niño de 10 años. El hijo es gay y acaba de adoptar con su pareja una niña vietnamita, y la hija está casada y tiene 3 hijos. La serie es todo un éxito en Estados Unidos y arrasó en los premios Emmy de este año. Sin embargo este fenómeno no es nuevo. A finales de los años 60, en 1969, los Brady llegaron a las pantallas estadounidenses. La familia estaba formada por Mike y Carol, y cada uno aportaba tres hijos de un matrimonio anterior, tres niños y tres niñas respectivamente. La tradicional sociedad americana de entonces se quedó fascinada con este nuevo modelo de familia. Los 80 fue la década dorada de las sitcom - series de comedia televisiva que suele incluir risas grabadas o en vivo - centradas en familias: «Los problemas crecen», «La hora de Bill Cosby», «Cosas de casa», «Alf», «El príncipe de Bel Air» o «Roseanne» son sólo algunas de ellas. «En los años 90, que es precisamente cuando las familias realmente cambian, hay una dificultad para que la ficción refleje ese mundo familiar y entonces explotan series como Friends o Seinfeld, en las que no son familias - que es lo que era tradicional de las sitcom - y son grupos de amigos», asegura Escribano. En España también hemos querido adaptar este formato a nuestras costumbres y, como resultado, se han podido ver series como «Farmacia de guardia», «Siete vidas», «Aquí no hay quien viva» o «Aída».