Pastel exculpatorio
Raquel López Aragón, es riojana, residente en Madrid. Es consultora en paro y nos ha preparado un exquisito pastel "exculpatorio"
Se acercan las fechas navideñas, fechas en las que ponerse como la moñoño es casi obligatorio. ¿Y qué pasa? Pues que nos entran las culpas. Ayyyy si no me hubiera comido ese plato de cardo con bechamel (que repetí...) y ese corderito (del que repetí... dos veces...) y ese turrón (del que mi familia no tiene noticia porque no llegó a ver...ejem..). Así que cuando llega una comilona navideña (no sé a usted pero yo creo que mis padres me están cebando para sacrificarme uno de estos años) yo me encargo del postre. Y hago un postre exculpatorio falsario como él sólo, y sencillo como el mecanismo de un botijo. Es exculpatorio porque lleva fruta y como todo el mundo sabe la fruta es sana y punto. Ya puede llevar todo lo demás que quieras pero TIENE FRUTA!!!! Parece que no pero el cerebro piensa que es sano y creo que hasta engordas menos y todo."
Ingredientes: 1sobre de gelatina de naranja, medio vaso de azúcar, un vaso de zumo de naranja, medio vaso de agua, 1 brick de 200 cc de nata para cocinar, 1 paquete de sobaos, kiwis, 1 granada.
Preparación: en un cazo ponemos el azúcar, el zumo, la nata y el agua a fuego medio. Calentamos, sin dejar de remover, hasta que esté muy caliente pero sin que llegue a hervir. Añadimos la gelatina disuelta en un poco de agua y mezclamos bien. Volcamos nuestra mezcla en el recipiente en el que queramos hacer el pastel y vamos poniendo los sobaos sobre la crema calentita para que empapen a conciencia. Lo
metemos a la nevera hasta que la gelatina solidifique. Como dice Raquel "por alguna reacción física inexplicable que te mueres, la gelatina se queda en el fondo, por lo que a la hora de desmoldar el pastel brillará como el sol". Por los laterales lo cubrimos todo con finas rodajas de kiwi y tapamos los huequecillos con pepitas de granada. Y desde luego esa mezcla de rojo y verde no puede ser más navideña. Exculpar, no es que nos vaya a exculpar mucho, pero siempre te queda el consuelo de decir que es raro que hayas engordado porque tú en Navidad cenaste "básicamente" fruta.
