Ensalada de vigilia
Estaba pensando yo que qué mala pata tiene cuando la Semana Santa se mete ya tanto en abril. No son manías, es que tenemos la operación bikini a la vuelta de la esquina, y el atracón de potajes, torrijas, buñuelos y demás delicias, lo haces ya con culpabilidad, pensando en esa lorza semanasantera que se te desparramará sobre la cinturilla del traje de baño de forma ostentosa y acusadora
Da como cosa. Te imaginas a los veraneantes diciendo: mira el gordo exagerado ése, esta Semana Santa se comió hasta la vela de los cirios. Y no se comió al penitente porque iba descalzo, tenía los pies sucios y le daba un poco de asco. Pero bueno, como en esto de las dietas las palabras influyen mucho, se me ha ocurrido un truco. Porque tú dices "potaje" y piensas, adiós, verás qué barrigón garbancero paseo yo este año por la playa, pero dices "ensalada" y todo cambia. Ya todo es ingrávido y gentil como pompas de jabón. Así que al final ayer lo que hice fue coger los garbanzos y las espinacas del clásico potaje de vigilia y convertirlos en una ensalada. El bacalao no. No porque no tuviera, que tenía, pero el pobre animalillo iba a salir de costalero en una procesión y no tuve entraña para quitarle la ilusión. Al final lo sustituí con una latilla de ventresca. Y no fue mal cambio, oiga.
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Ingredientes: 1 bote de garbanzos con espinacas, 1 lata de ventresca de bonito, ½ cebolla, dos dientes de ajo, aceite de oliva virgen extra, vinagre, perejil y sal.
Preparación: abrimos el bote de garbanzos con espinacas y separamos por un lado los garbanzos y por otro las espinacas. Los garbanzos los lavamos bien bajo el grifo y les damos un hervor de un par de minutos en agua hirviendo con un poco de sal, que van a quedar más ricos. Escurrimos y reservamos. Cortamos en láminas 1 diente de ajo y lo ponemos a dorar en la sartén con un poco de aceite. Cuando coja color, añadimos las espinacas, les añadimos un poco de sal y las salteamos un minuto. En una ensaladera ponemos los garbanzos, media cebolla cortada en juliana y las espinacas rehogadas con el ajo. En un vaso, preparamos una mezcla con un diente de ajo bien picado, aceite rico, vinagre y abundante perejil, y removemos para mezclar bien. Le añadimos a la ensaladera la ventresca de atún bien escurrida de aceitillo y lo regamos todo con el aliño que hemos preparado. Un poco de sal y a mezclar bien.