El caso del paparazzo tiroteado: "Paparazzo necrófilo"
El hombre que popularizó en todo el mundo el nombre de Paparazzo, Federico Fellini, no podía suponer al hacerlo que sería pieza de caza de ellos al final de sus días. En el hospital donde convalecía no salía al jardín después de que descubrieron allí a un fotógrafo, oculto tras un árbol, apostado para fotografiarle en su silla de ruedas.
Cuando ya estaba en sus últimos momentos En el hospital, la prensa, especialmente los fotógrafos, que habían estado presentes noche y día, consiguieron lo que buscaban. Alguien con información interior, y sin duda por un precio, le dijo a uno de los paparazzi que Fellini acababa de morir. El fotógrafo consiguió introducirse en la unidad de cuidados intensivos, le bajó la sábana y le quitó los tubos para obtener una fotografía sin obstáculos de Fellini en su lecho de muerte. Se supuso que el fotógrafo se había puesto ropas blancas del hospital y que entró fingiendo ser un asistente. El caso recordaba la escena de La dolce vita donde el personaje de Paparazzo le suplica a Marcelo que le introduzca en el apartamento para tomar una foto del cadáver de Steiner.
El fotógrafo se apresuró a llevar la foto de Fellini a una de las emisoras de televisión, que la mostró en el telediario. Los espectadores quedaron horrorizados, y la emisora fue asediada por llamadas telefónicas que registraban un sentimiento de ultraje unánime. Los anunciantes amenazaron con retirar su publicidad. Aquella última intrusión en la vida privada de Fellini, tan querido en Italia, obtuvo el veredicto que merecía. Todas las demás emisoras rechazaron la foto, al igual que los periódicos y revistas, incluyendo a la prensa escandalosa.
