La Iglesia de los ricos

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La Conferencia Episcopal Española afirma que cobrarle el IBI a la Iglesia perjudicaría a los ciudadanos. Si se suprimen estas ventajas, argumentan, parte del dinero que tienen para ayudar a los más desfavorecidos desaparecería. Desaparecería de sus arcas pero aparecerían en las arcas de todos 5 millones de euros de los 100.000 inmuebles que tiene aproximadamente la Conferencia Episcopal en propiedad. Con 5 millones la Administración podría ayudar a muchos ciudadanos que lo necesitan mucho más que la Iglesia. Pero la curia de la Iglesia española parece mucho más preocupada en ayudarse a sí misma que en ayudar al necesitado. Tienen de sobra y quieren más. Parece que no le basta con recibir 250 millones de euros de nuestros impuestos al año, 250 millones que podrían ir a las organizaciones no gubernamentales y a la cooperación a la que el Gobierno ha recortado 160 millones el último año. No le parece suficiente a la Iglesia haber ganado 1240 millones entre 2007 y 2011 de dinero público mientras al ciudadano le desangran con recortes. No le parece suficiente haber conseguido además que les financiemos la religión en las escuelas públicas gracias a la LOMCE, la ley de ordeno y mando de la conferencia episcopal. No le parece tampoco suficiente haberse apropiado gracias a una ley de 1998 de infinidad de inmuebles que no eran de su propiedad. No es a los ciudadanos a los que perjudica, es a esta Conferencia Episcopal tan insolidaria y poco generosa que no ha hecho un solo esfuerzo económico en toda la crisis. Si quieren ayudar, que abran esos edificios de los que se han apropiado a los desahuciados, parados y pobres, como ha hecho algún cura realmente cristiano. Si quieren ayudar, que cumplan el Concordato que firmaron con el Estado en el que se comprometían a buscar en un plazo urgente una forma de financiación propia. Si quieren ayudar, que paguen los impuestos como todos. Con su gesto solidario forzarían a que fundaciones y sindicatos también se vean obligados a pagar. Así serían realmente cristianos. Así ayudarían al ciudadano. Así serían la Iglesia de los pobres. Ahora son la Iglesia de los ricos. Y lo seguirán siendo gracias a los dos grandes partidos que hacen genuflexiones ante la cúpula episcopal, incluidos los socialistas que son temerosos de Rouco y sus hordas ultracatólicas. De Rouco y su curia no podemos esperar que sean solidarios y pobres a pesar de que Jesucristo decía que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre en el reino de los cielos. A la Conferencia Episcopal le da igual no entrar en el reino de Cristo porque tiene en España el reino de los cielos.




