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Muchos aplausos ha levantado también Alfonso Cuarón con 'Gravity’. La particular odisea en el espacio del director mexicano es toda una proeza técnica y visual que hipnotiza al espectador durante la hora y media de metraje. 'Gravity' se convierte en una experiencia sensorial para el  espectador que consigue que todos seamos esa astronauta perdida en el espacio.

“Cuando hicimos las pruebas quedó claro que no existía la tecnología para hacer la película, entonces tuvimos que desarrollar la tecnología”, explica Cuarón durante la entrevista con La Script. Una tecnología que envuelve una historia sencilla y una metáfora vitalista: esa pulsión que nos levanta ante las adversidades. “En realidad la historia es un viaje metafórico”, dice el director de ‘Y tu mamá también’ o ‘Hijos de los hombres’.

“Yo estaba pasando un proceso de muchísimas adversidades y dijimos, hagamos una película de adversidades”, aunque matiza que el germen de ‘Gravity’ comenzó con un guion de su hijo Jonás que le pidió que corrigiera. Al final, decidieron hacer la película juntos: “Él me decía que le gustaban mis películas pero que eran muy retóricas y que se podían hacer más divertidas”.

La crítica política europea también ha llegado al Festival de la mano del francés Bertrand Tavernier, que en ‘Quai d’Orsay’ adapta el exitoso cómic de Abel Lanzac y Christophe Blain. Tavernier recorre, con gran sentido del humor y con mucho colmillo, los pasillos ministeriales, concretamente los de la cartera de Exteriores en tiempos de  Dominique de Villepin y de la guerra de Irak. Gags demasiado reales en allí y aquí, en Francia y en España, que hacen que nos preguntemos ¿en manos de quiénes estamos?