Lo que hay tras los decorados

Una de las funciones del periodismo, no sé si lo saben, es rascar en los decorados para ver qué hay detrás, porque a menudo te puedes encontrar con sorpresas y no siempre agradables.

Hoy les proponemos asomarnos a dos. Primero un mundial de fútbol, que es importante, el Mundial de Qatar concretamente, que se jugará en 2022 en principio en verano, con unas temperaturas extremas que igual la FIFA modifica para proteger la salud de los deportistas, lo cual está muy bien. Pero es que hoy nos hemos enterado de que en las obras de construcción de las instalaciones para ese mundial muere un operario al día, uno de promedio, o por el calor o por accidente laboral. Y centenares de miles de trabajadores se encuentran en unas condiciones realmente penosas, extremadamente penosas, así que primer decorado que salta por los aires que revela miserias en su trastienda.

Vamos con el segundo. Los desfiles de moda. Estos días son noticia en Paris, en Milán, proporcionan un torrente de imágenes con mucho glamour, mucha clase, mucha chica espectacular, pero ¿alguien sabe de verdad lo que tienen que soportar en ocasiones estas obreras de la moda?

Así las llama Joana Bonet en un artículo hoy en La Vanguardia y el retrato que nos traza es sinceramente para echarse a temblar. Así que acudamos una vez más a la sabiduría popular y apuntémonos a ese dicho tan certero de que a menudo las apariencias engañan.

Lo que no engaña, o los que no engañan en absoluto, son los responsables de Eurovegas. Ese tal Adelson y los que promueven ese megaproyecto de casinos, hoteles, resort y campos de golf en Alcorcón, pisan tan fuerte, que les echando un pulso a toda regla al gobierno, al Gobierno de España, y la petición esta última de "garantías de un marco legal que no cambie en el tiempo", tiene toda la pinta, suena a un "señores, o nos dan lo que pedidos o nos largamos", y ojo que podían largarse a Japón, que ya tendría coña después del fiasco olímpico. En fin, una historia que ya veremos cómo termina pero que ahora mismo no tiene buena pinta.

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